Capítulo 22.

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—¿Cómo que le ha pegado a un stripper? —dije yo en voz alta, casi gritando. 

En realidad sabía por qué había pegado al stripper. Seguramente lo habrá visto besándome y eso lo habrá provocado, no veo otra razón lógica. 

Oh, vamos, ya nada en mi vida tiene lógica. 

—Si, ni siquiera lo he visto venir —dijo Axel—. Cuando me he dado cuenta él estaba encima del stripper, pegándole. 

Yo suspiré sin saber qué decir mientras Violet me observaba. 

—Vamos a buscarle entonces —dije yo, encogiéndome de hombros. 

Ellos dos asintieron y nos dirigimos a la parte de atrás de la discoteca. Mientras que nos acercábamos a la sombra que era Kyle, me estaba imaginando qué decirle, porque no puede ir pegando a cualquiera sólo por una tontería de beso. 

O si, no sé. Menos mal que no vio al tío que bailaba conmigo, si no, se habría liado una buena. 

En cuanto nos vio se levantó del suelo y vino hacia nosotros mientras se sobaba los nudillos y sonreía levemente. ¿Cómo podía sonreír si le acaba de pegar a alguien y le habían echado del establecimiento? 

No dijo nada cuando estuvo a nuestro lado, ni nosotros tampoco, así que simplemente caminamos hasta el coche de Violet y nos dirigimos a casa. Ellos habían venido en el coche de unos amigos así que no hubo problema. 

Ya en casa, fue cuando Violet empezó a hablar, o más bien gritar. 

—¿¡Ves normal ir pegando a la gente?! ¿¡Qué pasa si te denuncia?!

—No lo hará, no me vio la cara —respondió el sin sentimiento en la voz. 

—Pero los seguratas si —contraatacó ella—. Me has fastidiado la fiesta de despedida. Ahora mismo podría estar bailando y emborrachándome en vez de estar dándote la bronca. Se supone que tu eres el mayor. 

—No podía dejar que...

El se calló y me miró, y sabía en ese momento que el lo había visto todo. Me sentí un poco culpable pero, yo no había sido la que había besado al chico. 

Violet suspiró y agarró a Axel de la mano, llevándoselo arriba. 

—Mañana hablamos. Adiós chicos. 

Los dos murmuramos un pequeño adiós y ellos desaparecieron por la escalera. 

—¿Como se te ocurre pegarle? —susurré yo, con miedo de que nos escucharan desde arriba. 

Me senté en el sofá y tapé mi cara con mis manos. El se sentó a mi lado y la destapó. 

—Eres mi novia. No puedo dejar que te bese y ya está. 

—El ni siquiera sabia si yo tenía novio o no, Kyle. 

—Pues ahora ya lo sabe —rió y a mi se me escapó una risa. 

—¡No me hagas reír cuando estoy intentando estar enfadada! 

El rió todavía más y se inclinó para besarme, largo y tendido. Nos separamos porque era necesario para los dos respirar. 

Apoyó su frente contra la mía y sonrío. 

—No te puedo dejar sola unos minutos y ya se lanzan sobre ti. 

—Es mi encanto natural. Los atraigo a todos —bromeé. 

—Tienes razón —me miró a los ojos, queriendo decir más de lo que en realidad había dicho. 

Mi mitad imprevista. [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora