Capítulo 27.

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Es increíble la cantidad de tiempo que pasamos en nuestra vida tratando de complacer a los demás. A pesar de que nosotros nos consideremos completamente ajenos a esta situación, siempre por alguna razón terminamos complaciendo en alguna forma a la gente que nos rodea.

Muchos lo llamaremos amor, cariño, ser hijo, ser padre, ser hermano..... ser amigo. Pero ¿realmente sabemos cuando nos perdemos en el camino por buscar complacer a tantos y muchos? Seguramente es difícil detallar el ¿como?; como nos perdimos.

Ser nosotros mismos no debe ser tan complicado, nosotros lo hacemos complicado por buscar la mejor imagen ante la gente. Queremos generarnos una venta de nosotros mismos para lograr ser exitosos en muchos aspectos. Pero la realidad es que el éxito que uno busca debería ser tan personal que no debería verse influenciado por quienes sean.

El punto de venir a vivir este juego que todos llamamos vida, consiste en saber como vivir mi vida; seamos honestos y busquemos nuestra vida sin afectar la vida de quien tenemos enfrente, atrás, a los lados, arriba e inclusive abajo de nosotros.

Es increíble como somos los humanos. Cuando tenemos una cantidad de buenaventuras, experiencias hermosas, salud, estabilidad; nunca nos detenemos para pensar realmente lo que la felicidad significa. Usualmente nos sumergimos en nuestro deleite personal de lo que vivimos en ese momento; sin embargo, ¿cuanto disfrutamos ese momento? ¿cuando realmente disfrutamos ese momento por lo que significa?

Creo que la felicidad la podemos vivir día a día. Para muchos de nosotros existen múltiples factores subjetivos los cuales hacen que se opaque la felicidad.

¿En que momento de la vida dejamos de asombrarnos? Cuando éramos niños todo nos sorprendía y provocaba una felicidad absoluta, cuando somos adolecentes comenzamos a descubrir a lo que la humanidad le acomoda, gusta y conviene; llegando a una edad adulta/joven reconocemos que tenemos metas 80% capricho 20% necesidad y llegada una edad de madurez adulta, buscan tener todo aquello que perdieron en el camino entre esa sorpresiva edad de niñez y el momento de buscar aquello perdido.

Cuantas veces no sabemos que hacer con el amor, con la familia, con el trabajo; por temor a lo desconocido. Bien, lo desconocido es lo que nos forma y hace crecer. Ese es el punto de arriesgarse.

Pero a veces arriesgarse es malo. Me arriesgué en lo que a Kyle se refiere, y salió mal. Tenía miedo por lo que podía pasar y estaba en lo correcto al tener miedo. Sabía, en el fondo, que esto iba a salir mal.

Arrojé el móvil al sofá y me senté enterrando las manos en la cabeza. De un momento a otro el mundo se me había echado encima y no sabía como volverlo a poner en su sitio. Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas y las quité con rabia, diciéndome a mi misma que no lloraría y que sería fuerte.

Pero todo me superaba y era imposible no llorar. Mi padre acababa de morir, mi novio me acababa de engañar, todo a la vez. Si lo cuento en la tele no se lo creen.

No se cuanto tiempo estuve sentada en el sofá, llorando, pero cuando me quise dar cuenta mi madre estaba abrazándome, sentada a mi lado y llorando en mi hombro.

—Él te quería -dijo susurrando.

—No creo que me quisiera mucho -dije sorbiendo con mi nariz-. Me hizo este último año la vida imposible. Incluso cuando no estaba en casa conseguía hacerme la vida imposible.

Negué con la cabeza y me separé de ella.

—Lo hacía por tu bien -dijo ella, secando mis lágrimas.

—Esa es la respuesta de todos los padres cuando nos quejamos sobre algo -reí levemente-. Está en el libro de frases de padres junto con "¿Crees que el dinero crece en los árboles?" y "Mientras vivas bajo mi techo tienes que seguir mis reglas".

Mi mitad imprevista. [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora