Capítulo 8.

17.3K 997 19
                                    

El lunes siguiente por la mañana, me quedé sorprendida al ver un sobre que abultaba bastante con mi nombre en el encima de la encimera de la cocina. 

Miré a Kyle y a Violet que se encontraban desayunando. Ellos se encogieron de hombros y yo me acerqué para coger el sobre. Estaba abierto ya. 

—Sois unos cotillas de mierda —hablé. 

—Dijo la más indicada —murmuró Kyle riendo. 

Yo solté una risa sarcástica. Pasé mi mirada de nuevo al sobre y lo abrí del todo, encontrándome una nota y un fajo de billetes. Leí la nota. 

"Este es el dinero que necesitas para la residencia y para poder mantenerte. 

                                                                                                               -Papá y mamá"

Bufé. Parecía que mi pequeño discurso de ayer había causado efecto en ellos. Me sorprende por que son más cabezones que una mula y es raro que hayan aceptado tan rápido lo que les pedí.

Justo ahora me venía fatal una mudanza. Aunque solo tengo que trasladar la ropa de un sitio a otro, pero lo más seguro es que la habitación no tenga muebles y la tenga que acondicionar yo. 

—Aquí falta dinero —dije desconfiada. 

Kyle saltó de la silla. 

—¿Cómo sabes que falta dinero si no pone lo que había? —dijo. 

—No lo sabía, pero gracias. 

Yo reí cuando la cara de Kyle se descolocó. Suspiró y sacó dos billetes de cincuenta de la cinturilla de sus pantalones. Me los entregó y murmuré un 'gracias'.

Me giré hacia Violet.

—Creo que me mudo —reí un poco. 

—¿Tan rápido? — Violet hizo un puchero. 

—Sí, supongo. Tendía que hacerlo tarde o temprano. 

Ella suspiró. Kyle dejó su taza en el lavaplatos y subió a su "habitación" para prepararse.

—Podrías quedarte aquí, y lo sabes. No eres ninguna molestia. 

—Para ti no soy ninguna molestia. Pero mira a Kyle, durmiendo en el sofá por que le dijiste que no había más habitaciones —tonto por su parte, por que debería haberlo sabido. 

—No es tu culpa, yo era la que tenía la habitación cerrada con llave —rió. 

—Lo sé, pero ahora podría reclamar la habitación y no lo hace. Vive en la buhardilla y no es justo. Además creo que me vendrá bien estar sola ¿no crees?

—Entiendo —ella dijo sonriendo. 

Esa misma tarde, cuando se acabaron mis clases fui a la secretaría de la universidad pidiendo una habitación en alguna residencia. La de la secretaría (que fue la misma que me atendió el primer día) me dijo que sólo quedaba una en el edificio B. Acepté sin falta esa habitación sabiendo que si exigía más me iban a mandar a un sitio que empieza por m. 

Llamé a Violet diciéndo que ya estaba todo arreglado, y ella se ofreció ahí mismo a empezar a acomodar la habitación. 

Yo me dirigí a mi nueva "casa" con la llave que me habían dado, y cuando abrí la puerta casi me caigo. Era todo un desastre. Parecía que no había pasado nadie por aquí en cincuenta años. 

A la entrada sólo había una mesita de noche, con papeles que no servían para nada encima, y los únicos muebles que había eran los de la cocina, que se juntaba con el salón, totalmente vacío. La pared estaba descolchada y llena de humedades. La ventana, que ofrecía al menos unas vistas bonitas, se estaba cayendo a trozos. 

Mi mitad imprevista. [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora