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Marcas.

Melina, una chica rubia de lentes estaba sentada junto a mí, tecleaba unas cuantas cosas en su computadora y yo solo la observaba, era la misma noche en la que había llegado a ese lugar, solo que unas horas después, el elevador se abrió dejando ver a una chica castaña clara, delgada, alta y con un traje color gris, traía unas bolsas que decían Belly Berger.

-Traje la cena -dijo al salir del elevador, su voz era peculiar.

-Si -dijo Hailee feliz acercándose a la chica.

-Traje la que me pediste Ollie -el mencionado la miro.

-Gracias -sonrió.

-Quien es nuestra invitada -me mira.

-Soy Ruby Lightowoot de tierra 58 -dije.

-Tierra 58 -pregunta.

-Larga historia, a cenar -dijo Oliver.

-Un gusto Ruby soy Laurel Meller -sonrió. -¿Helen se fue? -pregunta mirando a los demás.

-Si dijo que la estaban esperando -respondió Hailee.

-Ya dejen de hablar y empiecen a cenar -todos miramos a Oliver.

-Dios pareces mi padre -Hailee lo mira fastidiada.

-Déjalo y cena anda -dijo Laurel sonriendo.

-En verdad que tú pareces mi padre y tú mi madre -miro a la castaña clara y yo reí bajo.

-También cena Ruby -me mira Oliver, yo reí.

-Entonces, tú vienes de otra tierra y tienes poderes de viento -pregunta Laurel y yo asentí. -Y cuéntame cómo es allá -me mira. -Debe de ser muy linda -los presentes le hacen una seña para que no siga y yo los miro riendo.

-Tranquilos -reí. -Si, era muy linda antes de que mi hermano intentara gobernarla y destruirla -dije.

-Por eso estas aquí -yo sentí.

Cenamos mientras todos hablaban, yo hablaba con Laurel de vez en cuando y había otras veces que solo los miraba, cada uno tenía algo peculiar, eran personas que en verdad eran lindas y que caían demasiado bien, son una familia muy unida eso también lo vi.

-¿Tienes donde quedarte? -me pregunto Laurel.

-Emm, no -dije.

-Quédate en mi apartamento -me dijo.

-No no te preocupes me puedo buscar algo -alargue la última palabra. -No traigo dinero -sonreí tímida. -Tendré que aceptar tu oferta, será solo por unos días mientras encuentro un trabajo y busco algo -ella me mira.

-No te preocupes -ríe. -Me hará bien tener compañía -sonríe.

-Te quedaras con Laurel -pregunto Oliver.

-Si -respondí.

-Bien, vayan con cuidado -dijo, nos despedimos y subimos al elevador.

Llevaba a unas oficinas, al parecer era un elevador secreto, salimos de allí y caminamos unas cuantas calles hasta el edificio de Laurel, subimos y entramos a su apartamento.

-Ponte cómoda te buscaré unas cosas -dijo dejando sus llaves sobre el mármol de la barra de la cocina.

Yo observe la casa, era acogedora, estaba solo iluminada por pequeñas lámparas color amarillas y la luz que entraba de la ciudad.

-Aquí esta -me da ropa. -El baño es la primera puerta a la derecha por si te quieres dar una ducha, hay toallas limpias en las puertas -me mira y yo sonreí.

-Gracias -le dije y caminé hasta el baño.

Entre y cerré, primero me quité la chaqueta negra que traía, la dejé a un lado, me miré al espejo y vi que tenía una marca en el cuello, me acerqué más y si, era una marca, después recordé que la primera vez que peleé con Oliver el me colocó una de sus flechas en la garganta haciendo presión.

Encendí la ducha y me despoje de mi ropa, entre y el agua caía por mi cuerpo, parecía como si hubiera estado muchos días en la calle, y era verdad, antes de venir a esta tierra, escape de mi hermano y mi madre, ya que Ethan había dado un toque junto al gobierno, el cual consistía que todos, pero absolutamente todos los jóvenes mayores de 17 y menores de 25 tenían que ir a un tipo de ronda para ser asesinados al azar, todo esto para ya no tener sobrepoblación, muchos como yo escapamos de nuestras casas y nos escondemos en varias fábricas abandonadas por varios días.

Me tarde unos minutos en la ducha, había perdido la noción del tiempo, salí y me vestí, todavía me quedé allí en el baño, me miraba al espejo, pude ver como pequeñas cortadas aparecían en mi rostro, una junto a mi labio, otra en la ceja y otras tres pequeñas en mi mejilla, también tenía en las piernas y pocos en los brazos.

Salí y miré a Laurel sentada en el sofá mirando su laptop, me acerqué y ella me notó.

-Hola -sonrió.

-Hola -me senté junto a ella.

-Puse tu ropa a lavar -me mira.

-Si, vi que no estaba -reí.

-Mañana tendré que trabajar, pero te dejaré en el búnker, lo más probable es que Oliver y Melina ya estén allí -yo asentí.

-Está bien -dije.

-Probablemente más tarde pueda ir por ti y mostrarte la ciudad -sonríe.

-Claro me encantaría -sonreí.

-Ven te mostraré la habitación de invitados -se levanta y yo la sigo.

Caminamos por el pequeño pasillo, entramos a una habitación era pequeña pero linda, tenía una cama y varias cosas.

-Descansa -me dice.

-Igual -sonreí.

A la mañana siguiente me desperté, temprano, mis ojos se abrían y cerraban constantemente, adaptándose a los pequeños rayos de sol que entraban por las cortinas de la habitación.

Me levante de la cama, vi mi ropa a un lado encima de unos cajones, me vestí y salí de la habitación, escucho como la puerta de entrada se abrió para luego cerrarse de nuevo, vi que era Laurel, traía una bandeja de cartón con dos cafés y una bolsa.

-Hola -me dijo al verme.

-Hola -le respondí.

-Traje el desayuno, te traje café con leche ya que no sé cómo te gusta y aparte estas muy pequeña para tomar café negro -yo reí mientras le ayudaba. -También traje donas, lo sé no es lo más saludable, pero esta semana hare las compras lo prometo -dijo.

-Yo las puedo hacer -le dije. -Si es que estas muy ocupada con lo del trabajo, te podría ayudar -me mira.

-Enserio -dijo feliz.

-Si solo dime que comprar y en donde queda el súper y yo iré -sonríe. -Si quieres puedo ir esta tarde -dije.

-Claro -toma una hoja. -Mira el supermercado más cercano está a dos cuadras, sobre la avenida Portsman, puedes decirle a Hailee que te acompañe, ella sabe donde es -yo asentí.

Wasp: Otras Tierras. Libro #1 (RESUBIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora