✨CAPITULO 11✨

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LIBRES

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Ya habíamos llegado a la cabaña.

Ulrik le entregó la llaves de mi apartamento a Anthony para que fuera a buscarme ropa.

Cuando llegamos a la cabaña me senté en uno de los sofás de la sala y recosté mi cabeza en el espaldar.

—Mira todo lo que estamos haciendo por culpa tuya –exclamó y Ulrik me volteó a ver.

—Si ya lo sé, lo siento por hacerte esto sí –dice y se sentó al lado mío–, nunca quise esto para ti. Esa fue también una razón por la cual no te conté sobre mi familia. No quería que por el miedo a generar caos te alejaras de mi... en verdad lo siento.

No dije nada.

El se levantó y dijo que iba a hacer una llamada a sus padres para que no se preocupen y pusieran a toda Dinamarca a buscarlo.

Él subió las escaleras dejándome a mi solo en la planta baja de la cabaña.

Me quedé mucho tiempo ahí en la misma posición, solo necesitaba pensar y calmarme. Dejar de pensar en todo y relajarme. Por eso es el motivo por el que estoy en la cabaña en primer lugar. Para dejar de pensar en todo y relajarme. Pero es difícil.

Después de casi cuarenta minutos así decidió subir a donde Ulrik y que me prestara algo cómodo. Solo quería dormir.

Cuando llegue a la habitación de Ulrik toque la puerta. Pero nadie respondía.

«De seguro debe de estar dormido» pensé.

Volví a tocar. Y nadie respondió.

Así que abrí suavemente la puerta y entré a la habitación.

La habitación estaba totalmente oscura. No tenía luces prendidas.

Me encamino hacia la cama para ver si Ulrik está dormido, pero no. No lo está.

Escucho cómo abren una puerta así que me asusto y doy un pequeño brinco.

—Hola –dice Ulrik–. Lo siento, no quise asustarte.

Ulrik tenía el pelo mojado y su torso estaba desnudo dejando ver su cuerpo bien tonificado y bien trabajado. Y en su cadera estaba amarrada una toalla.

Lo observé por un momento y luego me volteé dándole la espalda.

—Emm... lo siento por entrar así –tartamudeo– creí que ya estabas dormido.

—Solo me di un baño para relajarme antes de dormir –dice– ¿te pasó algo? ¿Te duele algo?...

Estaba preguntando en un tono de preocupación. Yo lo interrumpí y hablé:

—Solo venia a ver si me prestas ropa para poder dormir más cómodo –cuestionó.

—Si, por supuesto –dijo y se dirigió a una puerta; que creo que es el closet.

—Toma –dice cuando vuelve a la habitación.

Me volteé a verlo y tomé la ropa.

—Gracias –dije y sin más salí lo más rápido que pude de la habitación.

Sentía como mis mejillas se tornaban de color rojo.

El chico en verdad era súper hermoso. Y verlo sin camisa y con solo una toalla tapándole no me ayudaron mucho.

«Putos sucios pensamientos» me dije mentalmente.

Llegué a la habitación en la que dormí la vez pasada que estuve aquí y cerré la puerta y me senté en la cama.

De Humilde A Príncipe (GAY) © ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora