Cap 1. -¿Perdiste tu camino? No tengas miedo, solo haz lo que decimos-

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Septiembre de 1876

La diligencia de O.H llegó con seis horas de retraso y dejó a la omega en Bonesborough a las diez de la noche, y no a media tarde como estaba previsto. El coche de caballos se alejó con estruendo y la mujer quedó en la oscura calle embarrada delante de una tosca cantina. Delante de otras toscas cantinas. ¡Toda la calle estaba llena! El ruido era ensordecedor... una mezcla de gritos, risas, música de banjo y disputas. ¡Y aquel olor... Dios mío! ¿Es que nadie recogía el estiércol de los animales en aquel pueblo? Caballos y mulas se alineaban en el amarradero; uno de ellos roncaba.

Willlow retrocedió unos pasos y miró con el ceño fruncido el letrero que había sobre su cabeza. Bar Titan's Blood. Observó el lugar... un edificio de madera sin pintar, erigido toscamente y flanqueado por una estructura similar a la izquierda y una construcción de troncos a la derecha. La puerta de la taberna estaba cerrada, pero la sombría luz que arrojaba el farol de queroseno a través de la ventana se derramaba sobre algunos de los escalones de madera que conducían directamente de la cantina al barro, ya que no había acera de tablas.

La omega contempló los baúles y la sombrerera a sus pies, preguntándose qué hacer.

Antes de que pudiera decidir, sonaron tres disparos, una mula rebuznó, la puerta del Titan's Blood se abrió y un grupo de alborotadores salió precipitadamente del interior y bajó en desorden los peldaños. Willlow agarró la sombrerera y se ocultó todo lo rápido que pudo a la sombra de la pared de la cantina.

- ¡Mata a ese ladrón de minas, King! -bramó alguien-. Desfigúralo para que ni su madre lo reconozca.

Un puño impactó contra un mentón.

Un hombre se tambaleó y perdió el equilibrio al topar con los baúles de Willlow. Se puso en pie y se abalanzó sobre su oponente sin advertir con qué había tropezado. La multitud turbulenta se movía de un lado a otro, arremolinándose, gritando y blandiendo los puños y las jarras de cerveza. Alguien tropezó pesadamente con una mula, que rebuznó y se apartó de un brinco.

- ¡Mata a ese hijo de perra!

- ¡Sí, mátalo!

Dos espectadores se subieron a los baúles de cuero de Willlow para poder ver mejor.

- ¡No! ¡Bájense de ahí! -gritó ella. Cuando se movió, uno de los borrachos la vio.

- ¡Por el amor de Dios, una omega! ¡Escuchen, todos, una omega!

La pelea se interrumpió como si hubiera sonado una alarma de incendio.

- Una omega...

- Una omega... -La palabra pasaba del grupo formado por alfas y betas mientras formaban un corro a la par que rodeaban a la omega.

Willlow permanecía con la espalda pegada a la pared de la taberna, los pelos de la nuca erizados y aferrada a las cintas de la sombrerera mientras hombres y mujeres observaban hipnotizados su falda, el sombrero y la cara como si nunca hubieran visto a una omega antes.

- Buenas noches, damas y caballeros -dijo la omega a modo de saludo, haciendo alarde de valor.

Silencio. Hombres y mujeres seguían escrutándola boquiabiertos.

- ¿Alguien podría indicarme dónde está la casa de la señora Noceda?

- ¿Noceda? -repitió una voz aguda-. ¿Alguien conoce a una mujer llamada Noceda? -Sobre el grupo se elevó un murmullo y todos sacudieron la cabeza-. Lo siento, señorita. ¿Cómo se llama su alfa?

- Me temo que no lo sé, pero el nombre de mi hermana es Luz Wittebane y trabaja para ellos.

- Nadie llamado Wittebane vive por aquí. Ni tampoco Noceda.

CUANDO LAS LÁGRIMAS RUEDAN POR TU MEJILLA -BOSCHLOW ADAPTACIÓN- OMEGAVERSE -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora