Cap 19. - Era calavera ayer, hoy pregunto si ser o no ser...-

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Abajo, Luz estaba acurrucada en los brazos de Amity, cerca de la pila, los platos olvidados junto a ellas. Un trapo de cocina colgaba del hombro de Amity mientras mantenían una conversación en voz baja. Cuando Boscha entró en la cocina, se volvieron para observarla cruzar la habitación, pero no se movieron, como temiendo separarse.

Boscha se detuvo frente a ellas y un silencio confuso las sobrecogió.

- Está muy mal -comentó la pelirroja.

- Déjala llorar un rato, luego subiré a verla -dijo Luz.

- No quiere que la toque.

- Necesita estar un rato a solas.

Boscha asintió con la cabeza.

- Lo siento mucho, Luz -dijo Boscha con una expresión abatida adornando su rostro.

- Bueno, todas aquí lo sentimos, pero no podemos hacer nada al respecto, excepto tratar de superarlo y ser felices.

- No sabía... quiero decir, cuando iba a verte al Oracle Coven... -sus ojos se desviaron hacia Amity y volvieron a Luz-. Esto es embarazoso, pero tengo que decírtelo. Si lo hubiera sabido jamás hubiera ido. Pensaba que ustedes los omegas... bueno... pensaba... que les...

A la morena le dio lástima ver así a Boscha y le tocó un brazo.

- Sí, es lo que todos piensan. Que nos encanta hacerlo. Pero escucha, Boscha, lo que mi padre me hizo no es culpa tuya. No quiero que tú te sientas culpable. Por esta noche me parece que ya ha habido suficientes culpas y culpables en esta casa.

Boscha volvió a mirar a Amity.

- Amity... -dijo y se interrumpió, como buscando las palabras.

- Soy una tonta, ¿no? -se anticipó Amity.

- Mierda, tú no lo sabías.

- Ya, pero eso no ayuda a Willow, ¿verdad?

Se quedaron un rato en silencio, hasta que Boscha les puso una mano en el cuello a cada una, de modo que formaron un círculo.

- Serán muy felices, lo sé. Y Willow y yo también. Saldremos adelante y seremos dos matrimonios que jugarán a las cartas los domingos por la noche.

Estrecharon el círculo y sus cabezas entraron en contacto en un abrazo torpe. Boscha lo deshizo.

- Bueno, tengo que irme. Díganle a Willow que pasaré a verla mañana. ¿Subirás a verla pronto, Luz?

- Sí, te lo prometo.

Boscha la observó y le sonrió con gratitud.

- Amity -se dirigió a la otra mujer a modo de despedida.

Se dieron la mano ambas alfas, estableciendo una comunión silenciosa, sin intenciones de separarse. Por fin lo hicieron, con una sonrisa que transmitía apoyo. Los sentimientos y la emoción habían aflorado de tal modo aquella noche, que se sentían sensibles.

- Hasta mañana.

Arriba, en el dormitorio, Willow estaba tendida de lado, las manos muertas, una de ellas sosteniendo un pañuelo húmedo. Sentía los labios hinchados. Le dolían los ojos. Estaba rígida, excepto por algún sollozo residual que la estremecía de tanto en tanto.

Todo encajaba ahora.

Papá, abandonado por una omega que huyó con otro alfa, nunca se volvió a casar ni se fijó en otro omega. Luz, después de la huida de mamá, inconsolablemente triste, mojando la cama, trasladándose a una habitación individual y volviéndose más y más melancólica con el paso de los años, en lugar de recuperarse de la ausencia materna. La aprobación inicial de papá cuando Amity irrumpió en sus vidas, su antipatía posterior cuando Amity entró en la etapa de la pubertad y empezó a interesarse por Luz. La desaparición de Luz seguida del inmediato deterioro físico de papá. Luz practicando la profesión más antigua del mundo, como una extensión de su papel en el hogar paterno; su negativa inflexible a hablar de su padre y a aceptar el dinero de la herencia. Hasta el hecho de que estuviera exenta de trabajar en la oficina del periódico como lo hacía ella, quedaba explicado.

CUANDO LAS LÁGRIMAS RUEDAN POR TU MEJILLA -BOSCHLOW ADAPTACIÓN- OMEGAVERSE -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora