Cap 5. -Haz un montón de jodidas reglas, luego diles que obedezcan-

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Cuando Willow entró en la cocina de Lilith Clawthorne, supo que había encontrado una amiga. Lilith, al verla, se apartó con rapidez del hornillo de hierro negro, atravesó la habitación y la abrazó.

- ¡Has llegado!, qué día debes de haber tenido. Me he enterado de todo. Ninguna omega debería pasar por algo así. Bueno, ahora siéntate y quédate para cenar.

La cena había sido deliciosa: rollitos de col rellenos de una mezcla de carne y arroz, sazonados con cebolla y pimienta inglesa y acompañados de una interminable provisión de pan caliente. Sin embargo, no había mantequilla. Lilith le explicó que la falta de pastos imposibilitaba el mantenimiento de vacas lecheras, excepto en las tierras altas; así que se usaba mucho la leche de cabra. La falta de ganado ocasionaba la escasez de mantequilla, de modo que los habitantes del pueblo se las arreglaba con manteca de cerdo salada para el pan.

Willow apuntó el dato en la libretita y añadió que la carnicería vendía en su mayor parte animales de caza y aves silvestres.

De postre, comieron un maravilloso pastel de manzana con canela, y tomaron café.

Lulú quitaba los platos sin esperar las órdenes de su madre; sus modales y buena educación impresionaron a Willow. Los Clawthorne eran una familia acogedora que hablaba y reía en la mesa; la presencia de Willow era aceptada como la de una vieja amiga. Durante la comida, se enteró de que Lulú ayudaba a sus padres en la panadería y que no había asistido a la escuela desde que se habían mudado.

Willow hizo otra anotación en su libreta; esta anotación llevaba el título de: "La necesidad de una escuela".

- ¿Cuántos pequeños calculan que hay en el cañón?

Esta pregunta llevó a una enumeración de nombres en la que toda la familia participó, mientras Willow redactaba una lista que incluía la ubicación de los hogares.

Cuando en la mesa sólo quedaban las tazas de café vacías, Willow dijo:

- Quiero agradecerles por la ayuda inesperada de su hija, para que ayudara a Hunter a instalar mi oficina.

- No nos lo agradezcas a nosotros. Ella fue la primera interesada, y en la panadería no quedaba prácticamente nada que hacer.

- De todos modos, han sido muy amables al enviarla. Además, ha hecho un buen trabajo. Ha ayudado a Hunter con la imprenta, y juntos han impreso trescientos veinticinco ejemplares del periódico.

- ¡Trescientos veinticinco!

- Eso es exactamente lo que dije yo al enterarme. Pero Hunter me ha asegurado que no habrá problemas para venderlos. De hecho, Lulú me ha pedido trabajo.

Al otro lado de la mesa, los ojos azules de la chica se agrandaron. Nadie habló, de modo que Willow prosiguió:

- Lulú me ha dicho que le interesa aprender el oficio de editora. Si pudieran prescindir de ella en la panadería, yo podría pagarle cincuenta centavos al día por el trabajo que hiciera en la oficina.

La beta se quedó boquiabierta. Sus padres se miraron mientras Willow miraba a la chica.

- Es un trabajador voluntarioso y a Hunter le pareció que mantenía un buen ritmo cargando el papel. Podría vender ejemplares en la calle, si quiere. Y cuando lleguen las heladas, necesitaré que vaya a la oficina y encienda temprano el fuego para derretir la tinta.

- ¿Puedo, papá? -Los ojos de Lulú brillaban con excitación.

Hooty miró a su hija y luego a su esposa.

- ¿Qué opinas, Lilith?

Lilith se volvió hacia Lulú.

- ¿Prefieres aprender este oficio a ser una panadera como tu padre?

CUANDO LAS LÁGRIMAS RUEDAN POR TU MEJILLA -BOSCHLOW ADAPTACIÓN- OMEGAVERSE -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora