Cap 2. -Mi corazón, puede llegar a acostumbrarse...

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si la soledad, termina por acomodarse para demostrarte...

De regreso en el hotel, permaneció recostada, completamente despierta y tensa bajo las sábanas. No era una ingenua que ignorara lo que pasaba en el mundo. ¿Acaso su madre no había huido con su amante cuando ella tenía siete años y Luz tres y jamás la habían vuelto a ver? ¿No había aprendido de joven que el deseo carnal podía arrastrar a las conductas más extremas?

Es más, tenía veinticinco años y había comenzado a hacer tipos de imprenta para su padre a los doce y a escribir artículos a los quince. Desde entonces, había conocido todo tipo de mórbidas historias. Había aprendido a controlar sus reacciones y a descargar su cólera o su compasión sólo en las páginas del rotativo. "Si te involucras mucho en algo, pierdes la objetividad", le había advertido su padre y como no había otro en el mundo a quien ella hubiera respetado más que a Belos Wittebane, había asimilado el consejo al pie de la letra. Así, había terminado por habituarse al lado más despreciable de la vida, a la crueldad, a su inmoralidad, codicia, frialdad y lujuria.

Pero esto era algo personal. No era un artículo más. Se trataba de su hermanita, Luz, con quien había compartido una cama de niña, las paperas y la varicela, y a quien había enseñado, a falta de una madre, a leer, a escribir, las normas de educación y los quehaceres domésticos. Luz, que no había vuelto a ser feliz desde que Camila huyó. Luz, en aquel repugnante lugar, haciendo cosas repugnantes con todo tipo de alfas repugnantes.

Recordó el burdel con su clientela de labios húmedos, la patrona fumando cigarros y la degradación general que se respiraba. ¿Qué había inducido a Luz a trabajar allí? ¿Desde cuándo estaba en aquel horrible lugar? ¿Ejercía la prostitución desde que había abandonado su casa?

Cinco años. Willow cerró los ojos. Cinco años y todas esas noches y todos esos alfas. Abrió los ojos: cinco años o cinco noches... ¿existía alguna medida para la depravación? Revivió el impacto inicial al ver a Luz con aquella ropa grotesca, provocativa, con varios kilos de menos, el rostro maquillado y el cabello teñido de negro y reseco. La última vez que Willow había visto a su hermana, Luz era una omega pulcra, de cabello castaño oscuro sedoso y largo hasta media espalda y una sonrisa tímida que rara vez esbozaba. Había sido una omega devota, una hija obediente y una hermana cariñosa. ¿Qué la había hecho cambiar?

"¡Lo averiguaré!"

A la mañana siguiente el ruido metálico de la lata de agua del pasillo despertó a la omega. Abrió los ojos de golpe y vio las vigas en el techo. El recuerdo de la noche anterior le vino a la memoria, y con él el ferviente deseo de sacar a su hermana de Oracle Coven.

Se levantó de un salto, abrió un baúl, buscó ropa limpia y la tiró sobre la cama. Quitó la tranca a la puerta, espió el pasillo y se dirigió apresuradamente hacia el agua con la jarra de porcelana. Sumergió un dedo en el agua y masculló con una mueca de desagrado, "Ah, fantástico... realmente fantástico". De todos modos, llenó la jarra, la llevó al cuarto goteando y, pese a la fría temperatura del agua, aprovechó el jabón y la intimidad. Treinta minutos después, todavía temblando y con el cabello recogido en la nuca, zapatos negros de tacón alto, falda de lana marrón, blusa sobria a juego con el resto del conjunto y un abrigo de lana cruzado, dejó el Hotel Looking Glass Ruins.

Era una fría mañana de septiembre. En la acera de madera se estremeció de nuevo, miró a un lado y a otro de la calle y se puso los guantes mientras sujetaba la bolsa de dinero bajo un brazo y una libretita de notas en la boca. Caminó hasta el final de la acera dando ruidosos golpes de tacón en el suelo hueco y escudriñó la calle lateral. Terminaba detrás del hotel, donde el arroyo Elixir repiqueteaba tras unirse al arroyo de Bonesborough. Al otro lado del río, la pared del cañón se erguía abruptamente, privando a la calle de la luz del sol. Tomando las sombras como referencia, Willow dedujo que el cañón se extendía en una línea nordeste-sudoeste. Ella y el Looking Glass Ruins se encontraban en el extremo sudoeste; "el páramo" y su hermana en el nordeste.

CUANDO LAS LÁGRIMAS RUEDAN POR TU MEJILLA -BOSCHLOW ADAPTACIÓN- OMEGAVERSE -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora