⚠️°Historia basada en hechos reales y adaptada a los miembros. ⚠️
Era julio del 2011, 3:30 pm donde Jimin estaba un tanto desorientado despues de abrir sus ojos sintiendo un dolor en su pecho, una sensación de que algo le falta y su misión es av...
Vamos, solo será un rato no seas amargado... Te hace falta ¡Anda!- Félix lloriqueaba como tal niño caprichoso, jalando de mi brazo para poder despegar mi trasero del sofá.
- No quiero- dije, cerrando mis ojos con fuerza y estirando mis labios en una mueca.
Pero Félix era terco y testarudo, y era más joven que yo, por lo que estaba lleno de energía todo el tiempo.
Sabía que no aceptaría un "no" por respuesta, así que me resigne y cedi a su berrinche, antes de que me arrancará los brazos.
Félix sonrió triunfante y me ayudó a levantarme, tomo mi cintura por la espalda y me empujó asta mi habitación.
-¿A dónde iremos?- pregunté de forma perezosa.
-Hoy, es la apertura del Antro, dicen que se pondrá bueno, habrá show de chicas exóticas.- dijo de manera pícara eso último.
Suspiré profundo, de verdad que no quería ir, no porque fuera un aburrido, amargado y sin ganas de vivir, solo que no tenía un buen humor hoy.
Seguía pensando en jimin, en qué hacía en la casa del estúpido de Jungkook, y qué haría si jimin, no aceptará mi propuesta.
Cuando Félix termino de voltear mi closet, me entrego lo que le parecía adecuado usar para la ocasión.
Tome una bocanada de aire y lo solté pesadamente, lo tome y me adentre al baño.
Después de una rápida ducha, me sequé mi cabello y me vestí; salí al estar listo.
-¿Qué tal?- pregunté mientras revolvía mi cabello.
Félix me miró unos minutos con su mano en su barbilla, trono los dedos para después dirigirse de nuevo a mi closet.
-¡Listo! Ahora sí, ya estás listo para arrasar con todas las nenas del lugar... - dijo mientras me ayudaba a ponerme una chaqueta negra con destellos dorados- ahora vámonos.
- yo aún estando sucio, soy la sensación idiota- dije con sorna y una ligera sonrisa en mi cara.
Tomé mi celular, cartera y llaves y nos dirigimos al dichoso antro ese.
30 min después, la música sonaba a todo volumen, un montón de gente bailando, saltando, cantando, definitivamente prefería estar en mi casa, con una gran taza de chocolate; nos dirigimos a la barra, por suerte había dos bancos libres.
-Un whisky doble por favor- dijo Félix para después mirarme.
-Una cerveza por favor - Félix solo rodó los ojos, ganándose un golpe en el hombro.
Estaba por acabarme mi segunda cerveza, cuando mis ojos se posaron en uno de los balcones de segundo piso, las luces de colores no ayudaban mucho, pero esa cabellera roja y esa manera de vestir tan extravagante era inconfundible, pero el chico era lindo, todo le quedaba bien.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.