fragment's (kookmin)

°Capitulo 16°

            LA PRIMERA VEZ
                 Pov: yoongi

Ayer, a unas cuantas calles antes de llegar a casa, mientras conducía, miré a taehyung y a jimin caminar con una nieve en la mano, quise detenerme  y salir corriendo, abrazarlo tan fuerte entre mis brazos  y trasmitirle toda mi necesidad de tenerle serca, de que notaba que aún lo amaba con el alma y lo feliz que estaba por verlo de nuevo, bien, completo, despierto.
Había sufrido demasiado cuando supe lo que le había pasado y la manera en que lo encontraron, que cuando entro en coma quería morir, fueron dos meses llenos de dolor y desesperación.

Pero no lo hice, no me detuve, seguí manejando sin mirar atrás, pues un día después de encontrarlo casi muerto, literalmente yo también morí, mi corazón se rompió en mil pedazos, ese día me enteré que jimin me engañaba con ese imbecil, con ése hijo de la gran puta que tanto daño le había hecho, no entendia, no podía entender como es que estuviera con él, después de todo el daño que le causó, después de todas esas lágrimas que le hizo derramar, no paraba de preguntarme el ¿Porqué?¿Que hice mal?¿Porqué engañarme? Y ¿Porqué con él? Aún así era más grande mi amor por el que la desepcion que sentía en ese momento, que me prometí, cuidarlo asta que despertara y cuando eso pasara, me iría de su vida sin decir adiós y eso hice.

Llegué a casa y al abrir la puerta mis gatos me resiviero como siempre, esepto uno, el favorito de jimin por ser de tres colores, extrañaba a jimin, al igual que yo.

Lo extrañaba tanto, no podía evitarlo, por lo que me recosté sobre el sofá, cerré mis ojos y comencé a recorrer cada recuerdo, desde cuando comenzamos a andar o su reacción al regalarle su primera rosa roja, delante de tae, solo él lo sabía, nuestro único testigo y cómplice en ocaciones para que nam no se enterará.
Mi mente seguía viajando, llegando a la ocacion cuando jimin se quedó a dormir con su seokjin por su cumpleaños y le lleve serenata cuando ya todos se habían ido, sin bajarme de carro para que nadie me viera, sus ojos derramaban lágrimas de felicidad; sonreí al recordar en otra ocacion cuando nos pusimos tóxicos, pues claro no era todo de color rosa.

Tae y jimin trabajaron el la misma tienda de antigüedades y jugueteria, un chisme me hizo volar la cabeza, mientras me dirigía a su trabajo le marque por celular varias veces pero ninguna me contestó, cuando llegue el estaba comiendo ramen mientras charlaba con tae.

—¿porque demonios no contestas el celular.?— dije furioso.

—no lo escuché se está cargando y aparte estoy comiendo.— contesto jimin rodando los ojos.

Eso me enfureció aún más, tomando su tazón de ramen, atravesé toda la tienda solo para tirar su contenido a la calle. ¡Demonios me exedi!
Pero jimin no era un santo en una ocasión, tae, jimin y otros amigos de ellos pensaban irse de paseó a jejú, jimin no me había comentado nada, pero De alguna manera me enteré y yo no quería que fuera a ese paseo, intenté detenerlo pero, cuando me distraje un poco, jimin corrió y pateo mi motocicleta nueva, rompiendo los espejo retrovisores.
Jimin era salvaje en ocaciones, como cuando coincidimos en una fiesta de su familia, mientras yo charlaba con nam, jimin bailaba con todo aquel que se atravesará y yo muerto de celos, baile con su prima, la que más gorda le caía y él solo se dirigió a mi coche, sin que nadie lo viera y poncho mis 4 llantas, no podía decir nada, pues nadie sabía lo nuestro.

También hubieron momentos amargos, como cuando casi mi ex esposo, Kai supo de nuestra relación y por maldad no me firmo el divorcio y se lo restregó a jimin, diciendo que él siempre sería el amante en turno, que jamás dejaría de ser el otro y por más joven que jimin fuera jamás superaría a su experiencia.

— jamás te dejare ser feliz con ese sixtino—(apodo que ella le puso por su edad).— me escuchaste min yoongi.

De tantos recuerdo, mi favorito siempre será nuestra primera vez; una noche después de pasar todo el día en la playa lo lleve a cenar, era un restaurante pequeño pero cómodo y cálido, celebra amos 3meses juntos, terminando de cenar se me ocurrió llevarlo a un gran mirador a los afueras de busan y  mirar la ciudad, cuando llegamos, jimin bajó dando brinquitos, sus ojos brillaban con el reflejo de las pequeñas luces de la ciudad.