fragment's (kookmin)

°Capitulo 54°

PORCELANA

Pov: Jimin

-¿Qué hace?- sus manos acariciaban sutil mente mi cabello.

-No te haré daño- dijo su áspera voz.

Una vez más toca mi cabello, intento moverme, pero me es imposible, estaba inmóvil, pero no había ataduras en mi cuerpo...

-¿Dónde estoy? Quiero irme- demandé con mi voz temblorosa.

-Shhh...- siseo- pero aquí estás bien, este es tu castillo ahora, acaso ¿No te gustan tus vestidos?- señaló hacia un enorme closet color blanco abierto de par en par- míralos, son hermosos.

Había tantos vestidos estilo princesa, eran tan llamativos, con todos esas texturas y colores, sin embargo, a mí me causaban náuseas, no quería verlos, era espeluznate.

-Ven, vamos a peinarte tu hermoso cabello- pide al sentarme a la orilla de la cama con grandes barrotes, toma un cepillo de cerdas finas, de uno de los muebles y comienza a cepillar.

El miedo me hizo sollozar un poco más fuerte, no obstante aun así, seguía reprimiendo mi llanto de niño, no quería hacer algo que le molestará a mi desconocido depredador; mis manos temblaban como si fueran gelatina, mi respiración se volvió pesada y mi cuerpo se sentía débil y frío.

Después de unos minutos, me tomo de la mano y me llevo detrás de él, hacia el espejo del pequeño tocador, abrí mis ojos al mirar mi reflejo, dos coletas con grandes moños adornaban mi cabello...

-Ponte esto. - ordenó mostrándome uno de esos vestidos largos y llenos de holanes, muy parecidos a los de esas muñecas de porcelana.

Alzó un poco mi camisa, pero por instinto retire su mano y di un paso hacia atrás, frunció el ceño dejando el vestido sobre una silla, acercándose para intentarlo de nuevo, removiéndome una vez más.

-no me hagas enojar jimin.- voceo malhumorado.

Volvió a tomar de mi camisa, intentándolo una vez más, obteniendo el mismo resultado, haciéndolo enfurecer, y si pensarlo, su gran mano se estampó contra mi mejilla haciéndome caer al suelo, comencé a lloriquear al sentir mi cara arder, colmando más la paciencia de aquel vil hombre.

Me tomo de los cabellos de mi nuca, jalando de estos para levantarme y estamparme contra el cristal del espejo, haciéndome chillar de dolor.

-¡Mírate park! Mírate bien... ¿Vez lo que yo? Todo lo que vez es mío, todo tú eres mío, lo fuiste, eres y lo seguirás siendo, aún tenga que desacerme del pelimenta y de jungkook.- amenazó con veneno en sus palabras.

Abrí mis ojos al escuchar el nombre del pelinegro, negando frenéticamente y lloriquear como un niño con temor a los monstruos debajo de su cama.

-¡No por favor! Haré lo que me pides, pero no toques a jungkook... Por favor a Jungkook no...- Rogué al arrodillarme frente al hombre- no lo volveré hacer...

-Jimin...

-Lo prometo, solo dime qué no lastimarás a kookie- volví a suplicar abrazando las piernas del contrario.

-Jimin...

-seré obediente y sumiso.

-Jimin...

-Solo promételo.

-¡¡JIMIN!!- alza la voz mientras sacude mi cuerpo.

Me sacudía tan fuerte, que hizo que mis ojos se habrieran de golpe, cegándome al instante por la luz de la habitación, sentí mi cuerpo ser rodeado por unos fuertes y cálidos brazos, mire hacía todos lados, un tanto alterado, hasta que mis ojos se encontraron con los de Jungkook, que me observaba con preocupación.