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                                                                                      América

Mientras más me la pasaba encerrada  dentro de esta casa y lejos de todo mi mente también parecía divagar y crear escenarios, algunas veces yo solo podía pensar en una única cosa, en la pequeña ilusión de despertar un día y tener a ambos ami lado.

Después despertaba de esa idean, y mi cuerpo comenzaba a derrochar enojo y furia, ya no quería volver a ser la tonta que fue utilizada. A la cual la vida le ha quitado todo, por eso abia comenzada  a llevar a cabo mi plan, sabía que tomaría tiempo realizarlo, pero la pena valdría la pena.

Mientras terminaba de atar mi cabello en una coleta, me mire por última vez al espejo, pude observar a través del la imagen de mi madre.  ¿En qué momento me he convertido en ella?..., Varis veces traté de olvidarme que ella existió, sin embargo, ahora que me doy cuenta soy como ella.

Bajo las escaleras con mucha elegancia, Jack me recibe con una sonrisa, el cual se encontraba al final de las escaleras, lo miro de una manera despectiva y paso a su lado, estar jugando a la «pareja perfecta». Me jode mucho, hace que me invadan las ganas de soltar arcadas de vómito, sin embargo, lo controlo.


Al final después de  convivir a la fuerza con él he aprendido bastantes cosas de él y esta casa, he podido estudiar cada rincón perfectamente, por alguna extraña y enferma razón descubrí que a  Jack  le pone demasiado que lo trate mal, es un poco psicópata.


Me sujeta de la cintura mientras caminamos fuera de la casa, y la suave brisa del viento y la noche nos atacan, el choque de las olas hacen calmar mi cuerpo. Caminamos hacia un espacio lejos de la casa donde se encuentra una mesa con comida apetitosa y velas, esto podía ser romántico con la persona indicada, pero con él es repugnante.

Toma asiento en mi lugar, y él en el suyo.

— ¿A qué se debe la cena?— Pregunte con intriga, no era habitual cenar bajo la noche y fuera de casa.

—Solo quería pasar un rato agradable juntos, y comenzar a compensarte todo lo que te he hecho pasar— Se encogió de hombros.

—Que considerado— Rodé los ojos y tome un trago de mi copa.


Podía sentir las miradas de odio de Mari, cada que Jack le ordenaba algo que yo quería, después de terminar la cena, nos quedamos senados, tomando vino mientras él solamente me observaba, me incomodaba su mirada de deseo.

Me concentré en mirar la noche y las estrellas, por alguna razón extraña, siempre que las miraba me sentía mejor, no sentía la soledad, ni la tristeza.

****

La mañana siguiente Jack salió por una urgencia con algún socio, no le tome gran importancia. Agradecí que se fuera antes de que amaneciera así podría ir a su despacho, y continuar con mi búsqueda.

Previamente de dirigirme al despacho me aseguré que Maria se encontrara aún dormida, sin tener a nadie que me pudiera seguir me volví a adentrar en el despacho. La última vez no pude ingresar a su computadora, de esta manera  decidí volver a intentarlo.

Volví a fallar y revise los demás cajones, volví a ver la foto del y esa niña, mire la foto por detrás y en ella se encontraba solo unas coordenadas, las cuales no entendía, tome una pluma y la anote en el dorsal de mi brazo.

Continúe comprobando sus demás cajones, pero no encuentre nada más, encima de su escritorio se encontraban papeles de transacciones a distintas cuentas, nada fuera de lo inusual de un traficante que lava  de dinero.


Deseo más oscuro [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora