La voz de Seras se disolvió en la penumbra apenas dejó de escucharla a través del teléfono. Durante unos segundos simplemente se quedó allí, sentada en la silla de su escritorio con la mirada perdida en las ventanas altas de la oficina. Cientos de ideas corrieron por su cabeza, una más enredada que la otra; todas dejaron la misma sensación: traición.
El nudo en su estómago se revolvió incómodo, con una mezcla de desagrado e ira. Apretó la mandíbula mientras su ceño se endurecía. Necesitaba aclarar el tema de una maldita vez.
Sus pasos firmes resonaron en el pasillo vacío cuando salió de su oficina rumbo a la habitación.
La leve nube de polvo que se elevó desde la caja al abrirla le recordó el tiempo que llevaba arrumbada bajo su cama sin ser movida. Sintió otra punzada en el estómago al pensar que no había necesitado moverla; después de dos años él no le había dado ninguna señal de desconfianza, al contrario, lo que solo encarnizaba el malestar que sentía en ese momento. Las armas brillaron brevemente cuando la abrió: todo estaba allí, el metal imitó el reflejo de sus anteojos mientras ella lo miraba. Apretando los labios en una línea fina, alargó la mano y cogió el revólver primero, revisando las municiones; se lo encajó en la pretina del pantalón mientras volvía sus ojos hacia el otro objeto: la espada recubierta de plata pulida reposaba quieta sobre el interior acolchado de la caja. Su hoja firme y reluciente prometía un corte limpio, profundo; el tipo de golpe que necesitaría si las cosas se salían de control.
Integra Hellsing cerró la puerta tras de sí, cerró los ojos, respiró profundo y enfiló sus pasos hacia los niveles más bajos de su mansión, en busca del hombre lobo que sabía que estaría allí. Esperándola.
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El lobo de lady Hellsing
FanfictionLas cosas no han ido bien para la líder de Hellsing, Millennium acabó con todo: su casa, sus soldados, su mayordomo, sus vampiros... pero es allí -encerrada en una de las celdas del zeppelin- donde encontrará a alguien dispuesto a ocupar el lugar d...