2. Las Antiguas Sombras

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Mucho tiempo antes en las llamadas Conquistas Rúnicas hubo fuerzas que resistieron ante la posible Alianza Plagaría, ambas fuerzas lucharon por los recursos Magnitos en una feroz cruzada de campesinos en los campos de Anawyn, Entendieron el sentido del Sangriento Ancestro y recordaron el olor del acero rúnico.

Junger en ese entonces tenía 18 años de existencia, estaba en la compañía de Jou'Guf en busca de más hierro rúnico pero la tribu de los canta-garra tenía deudas importantes con el clan de oro, de pronto ¡PRUSH! Un hacha destellante pesada cayo en la cara de un miembro de la compañía y un inesperado asalto furtivo comenzó a ejecutarse bajo las sombras de sus hermanos, Junger intento escapar, pero su hermano fue asesinado por un joven chamán escupe fuego, le arranco el collar de Lothinor que tenía en su pecho, corrió lo más rápido que sus delgados pies podían, pero un espectro se presentó en su frente, un rápido estruendo le sostuvo: - ¿Quisieras poder sobrevivir? -. Exclamo el espectro encapuchado con una voz muy sospechosa.

-Ojalá tuviera un gran poder en mis manos, así los partiría con mi sable-. Dijo Junger con un tono enojado.

-Ven y sobrevive hijo de guerreros-. Afirmó el espectro de la capa. Estrecho su mano, Junger sintió que se doblegaba las opciones, acepto el pacto de la supervivencia inmortal que quiso ser.

Junger despertó en las tierras del Abismático, camino y merodeo en el camino hasta encontrar una gema sombra violeta, lo agarro tanto como pudo que absorbió la esencia, pero toda reliquia tiene un guardián y ¡Brush! ese protector salió desde abajo estruendosamente, Junger se sintió diferente de lo normal, cambios como este le hizo tomar acción y ¡Bram! Golpeo con nigromancia en sus venas, el monstruoso de piedrolio perseguía y seguía al ágil ser que se convirtió Junger,< <que es lo que eh echo, bueno tengo poderes, pero robándole a un inútil, ¡ME AGRADA!> >Junger en su mente parecía haberse comportado un poco como The-kall.

Se aproximaba una ciudadela frente a sus ojos, era hermosamente monstruoso frente a sus narices, sin dudad la mente de Junger se corrompía por la ambición de un acolito sangriento.

-Cada vez siento el olor a mora fúngico, o es que las urnas se incineraron tan poco tiempo... -, Entono Junger con una voz siniestra pero tan efímera como su pavor secreto.

El guardián de piedrolio se acerco pero un fuerte ¡FLISH!, el sable destellante sombrío partió a la mitad al guardián, pero en silencio vio y se acerco mas allá para aventurarse en las afueras de la ciudadela no-muerta maldita.

Incontables demonios por donde pisaba habían, el piso estaba echo de las almas de sus victimas y Junger cada vez mas se acercaba a la gran entrada maldita, el quería hablar con el Amo Abismático The-kall por la extraña conexión que sentía cuando intentaba doblegarse, algo mas suprimía su temor.

Fue entonces cuando conoció a una provocativa y ardiente mujer, pero no era cualquier mujer seductora porque se trataba de Yssel la asesina acolita de The-kall.

-Oye señorita, ¿sabes como es que puedo pasar por la ciudadela sin rastro alguno?- Pregunto Junger mientras intentaba no aludir un tono interesante y provocativo.

-Claro nene, pero primero tienes que hacerme un favor...-, Dijo Yseel mientras que lo otro solo le susurro el oído para ocultar algo mas de lo que los demás seres no debían enterarse repentinamente.

El Khitorídian: La Maldición de The-Kall (Lance 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora