13. El Discurso del Lúgubre

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-Admiro el diluvio se ante pone ante mi presencia, sabes, jamás pensé llegar tan lejos, fue tan fácil como quitarle el dulce a un mendigo sin conciencia en el anzuelo-. Exclamo The-kall exonerado de los planes que tuvo que realizar.

-Veo que todas las maquinarias lo esta inquietando eminencia-, respondió el alto consejero Dhiven entonando misterio.

-Los telones se abren, los seres de este mundo depende tanto del destino, creyendo que la realidad es relativa, ante su inminente expansión-. dijo The-kall cuando tomó el fluido de la copa, le encantaba mucho las moras fúngicas directamente desde su dimensión, hasta que presentía el regreso del importante rey al que le usurpo el trono.

Miró fijo y esbelto e imaginó una posible exposición del gobierno que quería llegar a tener, intuir el miedo ante los mortales y sacerdotes, en especial a los luféces a los que tiene varias razones para menospreciar sus creencias curativas pero subestimadas.

-Aun no hemos sido derrotados del todo Dhiven, sería muy longevo de mi parte ser inocuo ante mis adversarios, solo tomaré y gozaré de sus sangres invictos ahora seré el primero y ultimo en usarlos para mi esplendida conquista oligárquica-, pronuncio The-kall sus sinceras palabras al conserje Dhiven, pero se escuchaba más allá del palacio y el balcón de Drumdas.

-Escúcheme señor The-kall...-.

-No No! Tu escúchame ante mi, tu superior El Hijo del Alto Abismático, mi devoción acaba de comenzar y siempre fue así, este destino lo tomé con mis propias manos, jamás titubee en años, siglos o décadas-, Exclamo The-kall conmocionado pero empoderado al acercarse al balcón- Pero son pacientes, y esperarán a conocer a mis imparables súbditos y comandantes ante sus máximas esplendores-.

Miró justo cuando un gran portal en el cielo se abrió e impacto en el campo de batalla.

-Entonces, será mejor anticipar nuestra llegada, amo de la obscuridad-, expreso Dhiven mientras veía a The-kall sonreír
Fijamente a uno de los reyes y sus aliados luchando juntos ante monstruosidades.

-¿Y Junger?, donde lo llevaste a el?, presiento sus intenciones mi lord, espero su respuesta-, pregunto Dhiven temblando de nervios hasta lo asombrado que había quedado al ver a The-kall contemplando en el balcón su propio caos.

-Junger, JA! el esta en su interminable búsqueda sobre, revivir a su pareja especial, de seguro no lo logrará...-, exclamo The-kall, se aferro a sus pensamientos dominantes ante las sombras del pasado.

Las pisadas en un vació eterno resonaban a lo lejos del ninja nigromántico, escucho a su corazón profundamente, sus sentidos se elevaron cuando vio a los escombros de su hogar secreto subterráneo.

Agarro la tierra debajo de los recuerdos que lo rodeaban, nostálgico e impresionado Junger sintió que era el momento indicado, para canalizar en el sendero del mas allá cruzo sus extremidades relajando el subconsciente como los aldeanos de antaño solían meditar, había un lugar muy especial donde frecuentaban sus almas, lo llaman Geo Menta, una increíble forma de referirse a la frescura que podían sentir con tan solo el contacto de la dimensión astral.

-Lo eh visto antes, lo antiguo y desconocido no es nada nuevo para mi, pero vine a buscar a mi amada Yseel, en verdad.... la extraño demasiado, eh llorado en mi camino con un dolor que no pude imaginar yo mismo-, expreso Junger a la Planta Juventud.

Sin gotas en su espíritu sintió como la energía de su alma se desvanecía, pero a pesar de sus acciones de la evaturi (aspectos de las dimensiones) lo reconcilió consigo mismo, uno pensaría: ¿Cómo es posible entenderse así mismo?.

El Khitorídian: La Maldición de The-Kall (Lance 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora