El Khitorídian: La Maldición de The-Kall (Lance 1)

8. Los Mejores Aliados

Mariposas del campo de espíritus, aquellas a las que ninguna otra persona pueda comprender el arte del espiritualismo supremo, ante los abrazadores pétalos de los fatuos fuegos se esconde el conocimiento del...

¿Quién sabría tanto de lo arcano?

Artenidas tuvo otro sueño despierto mientras caminaba en el desierto merodeador de Márhod.

Mientras Griselida llevaba en sus eslabones a sus aliados paralizados dentro del tiempo, Artenidas preguntaba mas de lo normal a pesar del tiempo que necesitaban en Sandahen, para reposar las fuerzas gastadas.

-¿Como esta Thrend contigo?, si te lo pregunto es porque cuando me invocaste sentí un fuerte latido de un corazón alto-, pregunto Arti con la mirada en frente.

-Tus amigos, ¿son pocos verdad?, tienes mas lealtad con los mas inteligentes pero Thrend es mi mejor amigo-, respondió Griselida con un tono mas serio de lo normal, al parecer aun le preocupaba la expansión del Abismático.

Una carrera contra el tiempo pasaba en Márhod, pero mientras The-kall observaba desde el balcón corrompido, tomando de un buen licor de moras fúngicas CRASH!, boto el cáliz de cristal y se alzó del cielo hasta Plano Demiurgo, el único lugar donde se sentía como el quería ser, la elegancia cada paso a paso hubo una duda que siempre se le quedo en la mente cuando su padre Li'ok le hizo en el abismo cristalizado: ¿Quién renovó el lugar primero? el hijo con la herencia o el padre con la idea.

Al principio sonaba muy confusa la pregunta, pero no obstante vio que ambas personas, padre e hijo eran muy parecidos uno al otro que es obvia de responder, pero difícil de deducir... las ondas similares entre si.

-Una excelente incógnita sin duda padre, pero la herencia hace la diferencia, los tiempos cambian ¡y mi paciencia no puede esperar mas!-, exclamo The-kall hablando con la pinta en la pared, una verdosa y nueva idea surgió en el, REVIVIR A LA GRAN SPRELINGH, una serpiente dragónica venenosa al que se le recuerda por su dolorosa muerte en la antigua batalla de las mil tempestades, a la que fue atravesada por un enorme escudo ígneo de los Topoides del reino bajo tierra.

Artenidas le explicaba a Griselida como funciona las manos arcanicos, un arte que consistía en doblegar el dolor en cruzadas de dedos constantes (dibujar e imaginar objetos con los dedos).
En la alta noche se veía un cometa desde el cielo, en tanto Artenidas hablaba de lo encantado que estaría de visitar Aguas Cristalinas BRUM! EL COMETA SE ESTRELLO EN MEDIO DEL CAMINO.

Después de tal impacto, Artenidas se acerco poco a poco a la zona del cráter, parecía... UNA NAVE DRAITELL.

Se abrió la capsula triangular azul dorado, un ser salió de ella, al parecer estaba muy nervioso; la raza de los Draitell son los mas listos en todo Ázirnoth por siglos de innovación tecnológica en protones.

-Bitácora de Sorlav a Xaburax, eh impactado y quedado varado en el territorio desconocido de clasificación dudosa, hum... el territorio arenoso esta lleno de partículas cristalizadas en micro organismos-, dijo el Draitellniano en Khliftego (su idioma natal) mientras analizaba la zona, pero al ver a los dos varados en Sandahen se puso alerta de los nervios.

-No temas draitellniano, solo dime como te llamas y porque viniste hasta aquí-, comento Artenidas ante su presencia, al parecer conocía sobre su raza.

-Me llamo Korys, mi misión es explorar y recolectar los restos del localizador perdido-, afirmo Korys El Inventor Protónico quien activo el traductor vocal para comunicarse con ellos.