Cap. 20

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La nieve se hundía bajo las botas negras a cada paso que daba, el aire frio quemaba mis pulmones y las miradas de todos se clavaban sobre mi, por fin me notaban y no como la simple Nieves que solía ser, ahora era algo más yo era la culpable de matar a Lobo Nocturno, yo destruí Karmaland desde la raíz...me veía como...un mounstro. 

Mis ojos hinchados por llorar tanto estas últimas semanas ardían, no paraba de recordar lo felices que éramos y mis primeras citas a su lado, mi corazón se torturaba y mi mente solo se odiaba más, quería deshacerme de cada maldito integrante de este pueblo, mi mente los odiaba, mi mente lo odiaba a morir pero mi corazón, mi corazón simplemente no entiende la palabra "odio".

Todos estaban aquí para ver como la desgracia del pueblo se iría tras jalar esa simple palanca y dejarme colgando frente todo el pueblo, los pueblerinos de mi lado derecho todos amontonados esperando ver el espectáculo de sus vidas y del lado izquierdo los héroes de Karmaland, fuertes ante cualquier tipo de peligro, listos para enfrentarse a lo que sea, capaces de derrotar lo que fuese, todo menos la muerte y no su propia muerte si no la de un compañero, un amigo, un hermano e incluso una pareja, no son tan fuertes ante la ausencia de alguien tan importante. 

Camine con mi cabello lacio anaranjado cubriendo mi pálido rostro, mis labios partidos tiritaban por el frío y las esposas en mis muñecas apretaban más de la cuenta, esta claro que Fargan de verdad estaba molesto conmigo, mis ojos irritados y el de algunos héroes de Karmaland se cruzaron una última vez, los de Willy serán difíciles de olvidar, estaban completamente vacíos, no había alegría, ni enojo, ni tristeza, simplemente vacíos acompañados de una sonrisa de satisfacción en sus labios, el resto de ellos solo tenían la mirada llena de nostalgia, molestia, enojo, tristeza, odio incluso. 

Pero a él no lo vi por ninguna parte hasta que llegue al primer escalón, entonces sentí su presencia a mi lado, sus ojos verdosos con miel se cruzaron con los míos y en él vi una mirada, la única en su clase, me extrañaría?, su mirada enjaulaba ese sentimiento de tener que despedirte de alguien pero no querer hacerlo, sabía que sería la última vez que nos veríamos, la última vez que lo tendría aquí, después de ahora se acabaría y no quería hacerlo y en su mirada sentía que él tampoco quería dejarme ir, no así. 

Fargan me jalo del brazo obligándome a subir los escalones pero mi mirada se quedo clavada en él y la suya en la mía, miles de conversaciones se leían una en la otra, todo el mundo desapareció y solamente éramos él y yo como solía ser. como debía ser, como deseaba que fuera al menos por una última vez.

Subí a aquel lugar de madera con miles de miradas juzgándome pero solo una entre todas me importaba, solo una tenía toda mi atención como siempre había sido, mi mirada clavada en el amor de mi vida, que creí que podría llegar a odiar pero que simplemente jamás podría hacerlo, ahora no tenía caso seguir fingiendo ser fuerte, me destruyo, rompió mi corazón y me convirtió en el mounstro del que ahora todos esperaban ansiosos su final. 

Los recuerdos me invadieron mientras la fría soga rodeaba mi cuello y las palabras de los oficiales a mi lado se convirtieron en apenas en un susurro mientras me dejaba llevar por los recuerdos que encierran nuestras miradas.

*Flashback*

> Hemos pasado por mil cosas tu y yo, tu me has hecho ser el oso que soy hoy en día, gracias a eso puedo salir y no tener miedo por que se que tu siempre estarás ahí para protegerme, Nieves...¿Quieres casarte conmigo?- el brillo en sus ojos verdosos me conmovió, las mariposas en mi estomago revoloteaban y la sonrisa en mi rostro se adorno con un rubor, el anillo de diamante entre sus manos brillaba y los aplausos de todos nos envolvían después de darle el si y sentir ese pequeño aro de oro rodear mi dedo anular. 

*Fin del Flashback* 

>....culpable y el día de hoy por medio de esta horca el pueblo de Karmaland tendrá la justicia que tanto aclama...tus ultimas palabras Nieves...-Alex soltó un suspiro formando una pequeña nube de vapor por el frío que hacía, era doloroso también para él y creo que para más de uno el matar a una persona iba en contra de su moral. 

> Me prometiste el mundo y me enamoré...y ahora el capitulo se cierra para siempre, es hora de la despedida, de nuestra despedida...- mi voz era apenas un susurro y las lagrimas salieron de mis ojos sin aviso para apenas escuchar una ultima vez su voz....

> No! 

Necesitaba odiarte para encontrarme

Necesitaba odiarte para encontrarme

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La Noche que el Lobo murió | KARMALAND #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora