Cap.18

125 15 3
                                    


Hoy tendríamos un picnic con los chicos, Rubius decía que era mejor tomarnos un descanso de todo esto y volver a unirse como el "equipo" que eran, las sospechas se alejaron completamente de alguien y se quedaron sin sospechosos así que podía estar tranquila. 

Los visitantes de Tortillaland volvieron a su pueblo y todo comenzaba a volver a la normalidad, Rubius comenzó a acercarse más a mi, finalmente me dijo que no quería seguir con nuestro matrimonio pero quería conservar nuestra amistad, que me ayudaría a construir una casa no muy lejos de la suya y poco a poco superaríamos todo lo que paso. 

Baje la guardia pues finalmente tuve lo que quería, o al menos la mayoría, no tengo los créditos por hacer lo que hice, quería que dejaran de verme como una niña tonta al fondo, soy capaz de mucho más, puedo ser más que una simple extra con la cabeza vacía, tengo sentimientos y pensamientos propios, no soy solo la compañera de Rubius pero al mismo tiempo pensaba largarme lejos de todo esto y dejar que Karmaland se consumiera solo, empezar de cero en un nuevo pueblo e intentar ser feliz de nuevo sin tanto drama y sufrimiento y así lo haría apenas tuviera la oportunidad. 

Rubius y yo ya estábamos acomodando las cosas en la manta a cuadros roja con blanco, deje la canasta con los pasteles de calabaza que según Rubén era lo único que sabía cocinar, el dejo los cojines y su mochila a un lado, no paso mucho antes de que viéramos a Alex llegar con un toper con comida para compartir con el resto, dijo que Fargan traería a Willy o eso intentaría pero que no esperáramos mucho. 

Después de un rato de bromear y reír me sentí como hace mucho no lo hacía, tranquila, en paz, alegre y sin tener que preocuparme por cubrir un asesinato, solo éramos tres chicos disfrutando de los últimos días de verano  con un buen picnic y bromas de mascotas o misiones antiguas, nadie menciono a Vegetta en ningún momento lo cual me sorprendió pero por primera vez desde que volví ni siquiera yo tuve la necesidad de pensar en él.

Rubius y yo tuvimos una pequeña guerra de cosquillas que nos hizo rodar por el pasto algo lejos de la manta donde estábamos, nos alejamos un poco pero seguíamos lo suficientemente cerca como para escuchar a Alex regañarnos por nuestras niñerías. 

> Vamos con él Nieves, anda- se levanto sacudiendo un poco del pasto en sus pantalones antes de extenderme la mano para ayudarme a levantarme. 

Cuando me levanté y me acomodaba el cabello sentí algo caer de mi espalda, no le di mucha importancia hasta que recordé la maldita daga que siempre llevaba conmigo, me gire lo más rápido que pude para buscarla con la mirada pero Rubius ya la había visto antes y supo de inmediato de lo que se trataba, estaba paralizado con una cara de horror frente al arma. 

Me abalance a para tomarla pero el fue mucho más rápido y logró tomarla antes que yo, nos quedamos viendo fijamente a los ojos y entonces lo supe, no tenía caso seguir fingiendo, lo podía leer a la perfección en sus ojos, el terror, la decepción, la confusión, veía frente a frente al mounstro que le arrebato tan abruptamente al amor de su vida. 

> N-nieves...-pesé a que estaba claro no podía creerlo, se negaba a creerlo y jugaría con su mente una última vez. 

> Rub...no es lo que piensas, es la daga que me regalo Vegetta paradefenderme...no lo recuerdas?

> Vegetta nunca uso su metal morado para las armas que regalaba, laque te dio era de iron, lo recuerdo perfectamente bien...esta es su daga, laque buscamos por todo el pueblo- compartió una mirada confusa con Alex que también estaba intentando entender lo que pasaba--...el cabello, era corto y tu.

> Se logró cortar en el forcejeo- me quite mi broche de calabaza que mantenía mi copete fuera de mi cara ocultando lo disparejo que quedo después de esa noche. 

Esto es lo que queríamos, seremos importantes. 

> Nieves...quedas arrestada por el asesinato de Vegetta, tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas puede y será usado en tu contra-saco sus esposas de la mochila que llevaba, todo paso demasiado lento, pero no tenía caso ni siquiera intentar escapar, al final de cuentas esto era lo que estuve esperando, finalmente ser reconocida, aunque sea por esto. 

La esposas frías de metal rodearon mis muñecas ajustándolas, el camino a la comisaria fue muy largo, Alex no dejaba de insultarse por ser un completo idiota y no ver las malditas pistas que todo el tiempo estuvieron ahí hasta que finalmente me dejo en la celda del lugar, estaba a la vista de todo el pueblo y todos lo que me veían ahí dentro se preguntaban que era lo que había hecho para estar ahí, Alex quito las esposas de mis manos antes de cerrar la puerta.

> Esperaremos a Fargan para el interrogatorio- el pobre ni siquiera tenía el valor de verme a la cara, finalmente podía ser completamente yo sin tener que fingir ser aquella chica estúpida que todos creían que era.

> Nieves...- Su voz volvió a interrumpir mi momentánea calma, mi celda tenía una perfecta vista a esa estúpida estatua y solo lo dije. 

> Hasta en su último momento pidió por ti...no dejaba de rogar que no te lastimara, él quería protegerte de mi y grito, peleo, de verdad lo intento...quería estar contigo pero por más que pidió que bajaras, por más que gritaba nunca lo escuchaste...nunca llegaste...lo entiendo por completo, el sentimiento de decepción y frustración de esperar por tu ayuda y que tu simplemente nunca llegaras!...se sintió tan bien, sentí que mi corazón roto podría armarse de nuevo pero...no dejabas de pensar en él! todo el tiempo pensando en su muerte y llorando por las noches!!...-me levante para acercarme más a él y mirarlo fijamente a los ojos, ojos llorosos y llenos de miedo, me encantaba esta vista-...Creí que al deshacerme de él volveríamos a ser tu y yo como antes Osito...- extendí mi mano para intentar tocar si mejilla a través de los barrotes

> No me llames así-dio un paso hacia atrás evitando mi mano-...porqué? 

> Porqué? Dijiste que seríamos tu y yo para siempre...juntos hasta el fin del mundo, no? Pero me olvidaste! Me dejaste en esa maltita torre para que me pudriera!! Me abandonaste!...y cuando finalmente logré escapar y volver a casa que encuentro...me remplazaste!

> Nieves...creí que estabas muerta y él...

> Dejaste de buscarme Rubius...de abandonaste a mi suerte y no pude soportar el ver como le entregabas tu corazón a alguien más creyendo que yo sería la única...yo...yo...-no tenía caso explicarlo y por alguna razón no pude, se quedo atrapado en el nudo que se formo en mi garganta, simplemente volví al centro de la celda para ver fijamente ese par de amatistas a lo lejos. 

Fargan llego para llevarme esposada al pequeño cuarto de interrogatorio, Alex llego unos segundos después para sentarse junto a Fargan frene a mi, era un silencio abrumador pero divertido para mi, su incomodidad era graciosa, no era para tanto, solo maté un par de personas. 

> Nieves...tenemos las pruebas suficientes para arrestarte, tendríamos que procesarlas pero todo apunta a ti...quieres decir algo?

> Una confesión serviría- Fargan se veía demasiado molesto y eso solo me incitaba a molestarlo más, sabía que mis días estaban contados y los disfrutaría al máximo. 

> Nieves?

> No me arrepiento ni un poco, porque él se lo buscó...- mi voz fue apenas un susurro pero se que los tres, incluyendo a Rubén detrás del cristal lo escucharon a la perfección-...dicen que hice algo mal y entonces, ¿Por qué se sintió tan bien?- me levante de golpe apoyándome con ambas manos aún esposadas en la mesa acercándome a ese par, para que cada palabra que saliera de mi boca se les quedara perfectamente grabada-...fue la mejor diversión que haya tenido...-sabía que mis palabras dolían, les quemaban, les desgarraban el alama,  gire mi cabeza al cristal que nos separaba-...y lo haría una y otra y otra vez si pudiera porque se  sintió jodidamente bien. 

Si, yo lo maté y se sintió jodidamente bien.

La Noche que el Lobo murió | KARMALAND #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora