Cap.11

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Pov: Nieves

La nieve se colaba entre los dedos de mis pies a cada paso que daba, el aire frio quemaba mis pulmones mientras intentaba regular mi respiración y las ramas del bosque dejaban pequeños rasguños en mis piernas, brazos y algunas arrancaban partes de mi vestido ya roto y sucio.

Mi cabello enredado y despeinado volaba con el viento, las lagrimas en mi rostro se secaban y cada vez sentía el cuerpo más pesado al acercarme a casa pues las luces del pueblo poco a poco se notaban entre los altos árboles.

Todo seguía exactamente igual que cuando me fui, solo que ahora algunas decoraciones navideñas colgaban del alumbrado publico y un gran pino decorado con esferas y luces estaba justo en el centro del lugar, era tarde y el pueblo estaba casi vació pero sinceramente lo único en lo que pensaba era en él.

En sus cálidos brazos y lo aliviado que estaría al volver a verme de vuelta en casa, nuestra pequeña guarida al lado del rio, tan acogedora, eso que tanto extrañe estos largos meses, el calor de un beso, la paz de un abrazo y la compañía de mi osito, todo volvería a la normalidad hoy.

Corrí cuando reconocí el camino, estaba cerca de casa y pesé a que mis pies dolieran y cada parte de mi ardiera solo quería volver a ver su sonrisa, su cabello y ese par de ojos color miel con tonos verdosos pero....

La silueta de mi Osito con otra persona usando lo que parecía una armadura de lobo estaban frente al puente de nuestra casa, me acerque sin hacer mucho ruido temerosa de lo que mi mente planteaba, no quería creer lo que veían mis ojos. 

La otra persona se quitó el casco que cubría su rostro y lo reconocí al instante, Vegetta tomo su mejilla con una de sus manos, se acercaron hasta besarse y sentí el mundo detenerse, el corazón se acelero y los ojos se cristalizaron, cada herida en mi piel ardió más de lo que debía y caí de rodilla contra la fría nieve quemando mi piel descubierta viendo como se despedían.  

Mi cuerpo se debilito, no quería ni moverme de mi lugar, todo lo que hice para volver a casa, ese hombre, su sangre aún en mis manos, todo fue en vano...por que tu...tu me olvidaste, cambiaste y dejaste de buscarme, las lagrímas salían sin control por mis ojos y el cuerpo entero dolía, pensé en desaparecer, irme lejos pero no dejaría que todo mi esfuerzo por escapar de esa torre fuera en vano. 

Seque mis lagrimas, limpie mis manos ensangrentadas con mi vestido y juntando las fuerzas que me quedaban me levanté, no iba a dejar que me lo quitaran, mi Osito tenía que estar conmigo...él me prometío que nos quedaríamos siempre juntos pero no entiendo por que dejaste de buscarme. 

Vi a Vegetta alejarse entre los árboles antes de seguir mi camino hasta la casa, en cuanto sentí los brazos de Rub y su calor contra el mio mi corazón dolió, no entendía la razón por la que me abandono en aquel lugar tan horrible con ese tipo, mi cuerpo no pudo más y caí rendida en sus brazos, mi lugar seguro y en realidad...

El único que conocía. 

___________________________

Mi cabeza dolía pero ya no había más frío a mi alrededor, sentía el cuerpo calido después de casi un año, me senté poco a poco en aquel sofa que recordaba tan bien, el calor de la chimenea me dejaba sentir esa calidez en mi rostro que tanto extrañaba.

Rubius estaba perdido viendo por la ventana, ver la luz del día con la nieve cayendo era hermoso peroo verlo a él de perfil con ese fondo solo me hizo entender una cosa, lo tendría solo para mi como antes sin importar que tuviera que hacer para desacerme del pelinegro. 

Él se volteo hacia mi dejando su taza de té en la mesa para mirame sinceramente preocupado, claro que si, aún me amaba era claro, al menos en su mirada. 

> N-nieves...- tomo mis manos entre las suyas, el calor de su piel junto a la mia me hizo estremecer, en el último año si alguien más me tocaba era para lastimarme pero él no puede saberlo...nadie puede saber que recuerdo-...recuerdas algo de lo que paso? 

No podía decirle la verdad, si buscaban la torre o a aquel idiota se darían cuenta de lo que hice, si decía la verdad quedaría como la villana, mentir es mi única salida. 

> N- no...lo último que recuerdo es...- mi mirada se perdió en la ventana, quitó las flores que me había regalado a lo largo de nuestra relación, todas las tenía en una maseta en aquel balcón pero ahora solo había rosas moradas y algunas rosas...odiaba las rosas, mi corazón dolío y las lagrimas bajarón pero tenía que seguir con la mentira-...hace mucho que no veo la luz del día. 

> N-nieves..quien te hizo esto?

> Y-yo...no lo recuerdo- mi voz se quebró y no pude controlarme más, me aferre a su cuello dejando salir cada lagrima que necesitara salir, me olvido, así de facil olvido el amor que sentía por mi y no solo eso, me remplazó y dejo de buscarme todo este tiempo que yo estuve esperando bajo aquella ventana viendo el cielo, pidiendo, rogando y llorando por que él viniera a sacare de ahí y él...simplemente me olvido. 

> Tranquila, no tienes que recordarlo...ya pasó, estas a salvo Nieves- acarició mi cabello como solía hacerlo cuando tenía pesadillas-...pero necesito que me dijas que es lo último que recuerdas. 

> Y-yo...-entre sollozos le conté de aquel día, el día que repetía en mi mente una y otra vez para darme ezperansas en mi encierro, saber que un día volvería para volver a cocinarle su pastel de calabaza, regar las mil flores de colores que me dio, todo volvería a ser como antes, los chicos jugando por ahí, él yendo a misiones mientras yo me encargaba de la casa y los animales esperando impaciente que regresara para que me contara las maravillas que vio en aquel lugar. 

Ese día que repetía cantando sentada en esa ventana alta por las tardes que era el momento más calmado de mis días, temerosa de que llegara la noche con aquel hombre, meciendo la cadena en mi tobillo y trataba de quitar las ataduras de mi mano buscando entre los árboles esperando ver a mi Osito salir de entre ellos para sacarme de aquel lugar. 

Pero eso nunca paso. 

La Noche que el Lobo murió | KARMALAND #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora