Cap.13

121 15 2
                                    


No me gustaba cuando se iba, me dejaba sola mucho tiempo y las pesadillas era cuando aprovechaban para llegar a atormentarme como un recuerdo, uno muy vivido que dolía, dolía mucho. 

*Flashback* 

La torre era fría ese día, había nevado mucho y parte de esa nieve se coló por la ventana formando una pequeña montaña a su lado, para este punto había dejado de sentir dolor alguno físicamente, él disfrutaba causándolo, quemándome con su cigarrillo o cortando dejando cortes por mis piernas cuando jugaba con mi cuerpo, eso dolía pero poco a poco deje de sentirlo, deje de sentir algo realmente. 

Estaba sentada jugando con la poca nieve como Osito y yo hacíamos en el balcón de nuestra casa, hacíamos bolitas para crear muñecos de nieve, el que hice tenía un par de ojeritas. 

> Osito- mi voz era débil, apenas se escuchaba...llevaba sin comer varias semanas y el frío de invierno no ayudaba, si no salía de aquí moriría pronto. 

Él entro como cada noche para hacer lo de costumbre conmigo, pero esa noche algo cambio, no quería hacerlo, quería salir de ahí, quería sentir cariño de nuevo, ya no quería no sentir solo frío. 

> Hoy no...por favor- mi cuerpo débil en un rincón junto a la ventana se aferraba a lo último que me quedaba, el anillo de compromiso con un diamante que me dio él cuando nos casamos, necesitaba juntar las pocas fuerzas que me quedaban para salir de aquí. 

> Te atreviste a decirme que no?- se acerco amenazante tirando de mi cabello para llevarme frente el espejo del otro lado del pequeño lugar-...mírate! Crees que alguien como tu podría vencerme? Enfrentarte a mi y ganar?...tendrás que pagar por eso tarada. 

Se giro para ir a buscar cualquier cosa para golpearme y sin pensar dos veces lo hice, no se como, no se de donde pero algo me grito, alguien me ordeno. 

Mátalo Nieves...mátalo. 

Rompí el espejo de un puñetazo tomando uno de los cristales para levantarme y aprovechando su torpe distracción clavar el trozo de vidrio en su cuello, supe exactamente donde tenía que clavarlo para dejarlo agonizando y no matarlo de un golpe. 

HAZLO NIEVES!

Cuando cayo al suelo tome otro trozo de cristal para apuñalarlo con toda la rabia que tenía dentro, quería que sintiera lo mismo que yo, que le doliera, que le doliera mucho, vi su cuerpo desangrarse desde la misma esquina donde me refugiaba viendo mi reflejo ensangrentado en lo que quedó del espejo. 

> S-soy un mounstro...y-yo lo maté

*Fin del flashback* 

Yo no quería hacerlo pero tenía que salir de ahí, tenía que volver a casa, con mi Osito, las lagrimas no paraban de salir mientras abrazaba mi almohada en la cama del cuarto, esperando calmarme, tenía estos episodios pero no entendía por que, Auron decía que era normal que tuviera pesadillas después de lo que me paso pero él no sabía que había matado a un hombre.

Aún creo que en cualquier momento volverá por mi cuando Rubius no esté en casa y me volvera a llevar a la torre para pegarme por lo que hice, no quería, no podía...iba a matarme si me encontraba.

Me levante para ir al baño y tratar de tranquilizarme, pero en cuanto vi mi reflejo volví a ver su sangre cubriendo mi rostro, el susto me hizo retroceder chocando con la pared, me deslicé por la pared hasta sentarme con las rodillas contra mi pecho. 

Negué con la cabeza varias veces convenciéndome que yo no era lo que parecía, él se lo merecía, tenía que hacerlo para volver a casa, para volver con mi Osito y sentirme...las lagrimas pararon en seco, dándome cuenta de la triste realidad. 

Amada? 

Desde que llegue no  me había sentido así en ningún momento, no regrese a casa, desde que llegue él simplemente se la vive al lado de Vegetta, durante el día lo lleva a donde sea que vayamos y por las noches se escapa para ir con él mientras yo me quedó sola en la casa, la que era nuestra casa pero él quito todas mis cosas, las flores de la terraza las cambio, tiro todo y se alejo, me cambio, me remplazó como si no fuera nada, solo un triste juguete que encontró un día entre la nieve. 

No, no era su culpa, Vegetta lo alejo de mi lado, si no fuera por él mi Osito estaría a mi lado cuidándome y nuestra casa seguiría estando igual, todo es culpa de ese ojimorado que lo embobo con quien sabe que cosas, me lo robó...me quitó lo único que tenía. 

Lo hice en vano? Maté a ese hombre en vano?....No, necesitaba arreglar esto, tenía que deshacerme de él, pero como? 

Mátalo Nieves  

Esa voz, era como un recuerdo lejano, una orden más que un consejo, la voz de un hombre ordenándome que lo matara, era la misma de aquella noche pero esta vez no podía, yo tenía que mantener todo como estaba, quizá con el tiempo todo vuelva a ser como antes y Rubius pueda volver a amarme. 

Salí del baño tratando de convencerme que todo estaría mejor, que todo volvería a lo de antes y él me amaría de nuevo pero por una de las ventanas los vi de nuevo en el puente frente la casa besándose como yo solía hacerlo y mi mundo se vino abajo. 

Yo no debí haber regresado, debí morir esa noche en su lugar, él debía matarme no yo a él, pero si estoy aquí es por que este era mi lugar, este es mi lugar...esta es mi casa, él es mi esposo, yo debería besarlo bajo los faroles del puente, él debería de estar conmigo ahora abrazándome, debería de dormir conmigo, no debería de sentirme tan malditamente sola. 

Mátalo Nieves, es una orden!

Las lagrimas se detuvieron en seco, los pensamientos se detuvieron, todo se detuvo en un segundo dejando al único pensamiento que tenía claro en ese momento, me desharía de Vegetta cueste lo que cueste, me arrebató mi casa, la única familia que conocía, el calor de los brazos de mi esposo, me lo quito todo...

Merece morir. 

La Noche que el Lobo murió | KARMALAND #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora