- Decide, ¡¿De quién estás enamorado?!,¿Él o yo?
En el fondo, ni el mismo sabia la respuesta.
- No lo se... ¡Los amo a los dos!
Un triangulo amoroso que conecta todas las puntas.
¿Quién dice que tienes que elegir solamente a uno?
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Darrel miro Hambriento al enorme hombre frente a el, sus pupilas dilatadas era señal de su deseo, su entrepierna palpitaba y su entrada cosquilleaba. El pelinegro lamio lentamen sus labios, el ambiente era tan erotico y tentador, su cuerpo aun temblaba del reciente orgasmo.
- Ahora vamos con lo que los dos deseamos.
Aquella sonrisa cargada de coquetería hacia querer tirarse encima de aquel hombre, y lo hubiere hecho si no fuera por un fuerte golpe que se escucho fuera de la habitación.
La burbuja en la que se encontraban Jack y Darrell se rompió, dejándolos caer en picada en la realidad. Los dos voltearon en direccióna la puerta, no fue hasta ese momento que ambos la notaron ligeramente abierta, la cual daba una vista explícita de lo que estaban haciendo.
Darrel trago en seco y Jack no tuvo más remedio que maldecir. Por segunda vez le estaban dando un espectáculo al pequeño niño. Pero en su diferencia aquel golpe, se había escuchado tan contundente a comparación al cartón de leche derramado.
Jack que aun seguía con la totalidad de sus prendas y solamente una erección en su pantalón, se levantó y salio deprisa a investigar el origen del ruido.
Vio a un niño con las mejillas tan rojas como su cabello tirado en el suelo con la camiseta a medio muslo.
- hguh...- el niño se quejaba en el piso.
- ¿Que paso?, ¿estas bien?- Jack se acercó y se puso en cuclillas.- Maldición. Parece te lastimarte el pie, no se ve bien, ¿puedes levantarte?
- Estoy bien... hum.- Mark apretó los ojos con fuerza, su tobillo dolia como el infierno.
- Obviamente no estas bien niño.
- ¿Que paso?- Un Darrell preocupado y completamente vestido salió de la habitación.
-Lo que pasa es que tenemos que llevar al niño al hospital.
- ¡No!, estoy completamente bien.- Mark grito con urgencia
- Por dios, mira tu tobillo.- Darrell parecía verdaderamente preocupado.
- Ire por las llaves del auto. - Jack regreso rápidamente a la habitación.
- Ahora ven aquí, agárrate fuerte.- Darrel tomo en brazos al pequeño.
Mark solamente se aferro a la camisa del mayor y escondió su rostro en el pecho de Darrell. El pequeño pelirrojo estaba al borde del llanto, no podía creer la cantidad de mala suerte que le perseguía. Normalmente cualquier persona desearía verse perfecto, atractivo e interesante ante su crush, pero ahí estaba el, cagandola a cada paso que daba al rededor de los mayores.
Mark siempre había sido elogiado por las personas, siempre había sido un chico inteligente, capaz y carismático, absolutamente nada le intimidaba, pero en ese momento se sentía tan avergonzado, pequeño y vulnerable. Ya estaba harto de mostrar esa faceta miserable, pero aun así no era capaz de decir ni una palabra en esos momentos.
