- Decide, ¡¿De quién estás enamorado?!,¿Él o yo?
En el fondo, ni el mismo sabia la respuesta.
- No lo se... ¡Los amo a los dos!
Un triangulo amoroso que conecta todas las puntas.
¿Quién dice que tienes que elegir solamente a uno?
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Cuando Darrel sugirió ese plan, jamás cruzó por su cabeza que terminaría vestido de pato verde dentro de una celda.
Tal vez y solo tal vez se les había salido de las manos aquella situacion.
Y ustedes se preguntarán, ¿Y él pasante?, ¿A dónde fue?, Pues Mark ya estába en casa durmiendo plácidamente entre las sábanas.
Ya habían pasado muchas horas, la luna y las estrellas estaban en lo más alto del cielo, la noche era oscura y el clima muy frío.
Darrel se abrazaba a si mismo para poder entrar en calor, gracias a dios se le permitió tener la botarga... Bueno, más bien nadie se la pidió de regreso.
Los barrotes de la celda se abrieron en la puerta corrediza. Darrel pudo ver al apuesto chico afroamericano vestido de oso rosa caminando de regreso a la celda.
- ¿Que sucedió?, ¿Vendrán por nosotros?
Darrel se apresuro a decir. Eso de las celdas no iba con su estilo.
- Sabrina esta furiosa... Dijo que nos dejaría aquí por lo menos tres días...
- ¿Que?- Darrel se rió nervioso.- Eso no puede ser posible... ¿Verdad?
- No lo sé Darry... Esa mujer puede ser despiadada cuando se lo propone ...
- No Jack... Yo no puedo iniciar así. Siempre creí que terminaría en la cárcel por evasión fiscal o sobornos, ¡Pero jamás por usurpación de botargas!- Darrel respiro hondo. Casi comenzando a hiperventilar- ¡Todos se burlaran de nosotros en prisión!, Dime ¿Cómo podrían respetarnos?- su mirada recorría de un lado al otro.- tal vez tengamos que golpear a alguien hasta la muerte para obtener su respeto, ¡O peor aún!, ¡Tendremos que chupársela!
Jack levanto una ceja y tal vez su mente estaba tentada a pensar en un millón de posibilidades, pero decidió que ya no era buena idea dejarse llevar por los pensamientos extremistas de Darrel.
- Darrel, no seas dramático. Nos iremos a casa y olvidaremos todo esté problema, así que no te preocupes.- Jack trato de consolar a Darrel e internamente guardo la adorable imagen de Darrel con una botarga y haciendo pucheros.
¡Simplemente adorable!
- Ven acá.- Jack abrió sus brazos, invitando a Darrel a unirse a ellos. Podía notar como el ojiazul temblaba de frío.
Solo esperaba que todo aquello terminará rápido.
Darrel se acercó a regañadientes y se acurrucó abrazan el torso del moreno. El muy maldito lo había acostumbrado a dormir de esa manera, que hasta Darrel estaba convencido que era su lugar seguro.
Jack recostó su cabeza sobre la de el ojiazul y dio un pequeño beso en la coronilla.
Los dos se quedaron dormidos dentro de esa fría celda, compartiendo su calor.
