La Chica de los Ojos Sin Miedo || BUCKYNAT.

12. ¿Cómo pueden hacerme esto?

Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan me pertenecen. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Atención: ESTE CAPITULO TOCA UN TEMA MUY DIFICIL, SI ERES SENSIBLE A LOS TEMAS DE AGRESIÓN SEXUAL. NO LO LEAS. 

Después de aquella noche en la que Anastasya tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no decirle a su madre lo que estaba pasando; la joven decidió que lo mejor era irse de aquel lugar. Convenció a Danielle de que la invitaría a desayunar a un exclusivo lugar de la ciudad para que se fueran antes de que Natasha despertara o James volviera a casa.

—¿Estás segura de esto, Annie?—cuestionó la morena.

Terminaron de desayunar y Anastasya dirigió su automóvil al gimnasio donde solían entrenar.

—Claro que si—mintió—Shuri ha dicho que puedo seguir entrenando.

Nada más opuesto a la realidad. La princesa de Wakanda les había dicho que lo mejor era que evitase toda clase de esfuerzos excesivos; pero Anastasya estaba decidida a vivir su vida normal. Le había prometido que se cuidaría, siempre y cuando no le comentara nada de aquello a sus padres.

—¡Barnes!—saludó la entrenadora—¡Al fin llegas! ¡He anotado tu nombre en la competición de Toronto! Representarás a nuestro país.

Anastasya simplemente asintió con la cabeza, pensando en lo mucho qué tendría que hacer para ponerse en forma. Aquella competencia era meramente una presentación; para que los jueces del Comité Olímpico Internacional vieran lo que cada país tenía que ofrecer.

—También tu, Laveau—indicó la instructora—Así que es mejor que se pongan a entrenar.

Los dos meses que siguieron, la joven concentró toda su energía en los entrenamientos. Realizar cada uno de los ejercicios era una tortura para ella, pero se recordaba constantemente que ella tenía el suero del super soldado corriendo por sus venas. Si Steve Rogers había logrado salir casi sin herida de los 70 años en el hielo, o de todos los enfrentamientos con los Vengadores, ella podía hacer mucho más que eso.

—¡Perderemos el avión!—anunció Danielle, tirando de sus piernas—¡Levántate Anastasya!

—No me llames así—dijo la joven lanzándole una almohada—¡Pueden descubrirme!

Las dos chicas se montaron en el avión con seguridad, saludando a sus amigas. Era un equipo completo, que representaría a Estados Unidos de América, con las cinco mejores gimnastas que podían haber entrenado.

—¿Realmente dejaste la universidad?—cuestionó una de sus compañeras—¿Tu tío no ha dicho nada?

Anastasya alzó una ceja, pareciéndose más a su madre que nunca.

—Lo que él no sabe, no tiene porque afectarle.

Las chicas rieron y tontearon todo el vuelo. Anastasya suspiró, aliviada, recordando lo que se sentía ser una adolescente. Ahora se daba cuenta que le agradecía a Alexei Shostakov por haber eliminado todas las memorias de ese maldito entrenamiento, porque le había permitido ser una adolescente normal, con amigas, con una vida por delante y sueños para cumplir.

—¡Eres genial, Annie!—respondió otra de sus compañeras—No sé si nadie te lo ha dicho, pero has superado muchas cosas desde las Olimpiadas.

Anastasya se ruborizó.

—No es la gran cosa...solamente es cuestión de mucho entrenamiento.

La gimnasta no se sentía especial, creía que gran parte de su éxito se debía a los sueros que corrían por sus venas; aunque no sabía de su existencia hasta hace poco. Se convencía a si misma que no era la mejor de todos, aunque sus marcadores decían lo contrario. De no haber sido por que esa maldita caída determinaba una expulsión; ella se habría coronado como la campeona olímpica.