La Chica de los Ojos Sin Miedo || BUCKYNAT.

14. ¿Me ayudas?

Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconzocan me pertenecen. 

NOTA: Negritas es ruso. 

NOTA: Este capítulo toca temas fuertes como el aborto, el abuso sexual y el suicidio. Es un capítulo maduro. Gracias por leer. 

Anastasya jamás pensó que estaría tan feliz de ver la base de los Vengadores. Estaba helada, sentía el frío pegarle en cada uno de los huesos, haciendo que sus ojos lloraran. El cuerpo estaba rígido, todas las horas que había recorrido en la motocicleta le pesaban ahora que la adrenalina comenzaba a pasar. Había perdido la consciencia del último mes, ni siquiera reconocía su cuerpo.

—¡ANYA!

La voz de su madre fue lo último que escuchó antes de que todo se pusiera oscuro. Natasha se cubrió la boca con ambas manos antes de reaccionar. Estaba bastante molesta con Anastasya, porque sus mensajes eran vagos y escuetos. Ni siquiera aceptaba una llamada telefónica de Wanda, poniendo excusas extrañas acerca de donde se encontraba. La madre incluso había llamado a las amigas inglesas de Natasha y a Danielle Laveau, pero todas le dieron la misma respuesta: Anastasya no estaba con ellas.

—¡Anya, cariño! ¡Despierta, por favor!

Con sus seis meses de embarazo, Natasha hizo todo lo que pudo para mover a su hija, que era peso muerto en sus brazos. Estaba cada vez mas confundida, porque asumía que su hija regresaría cuando se sintiera segura o estuviera mejor anímicamente, pero no en ese estado. Primero había intentado arrodillarse junto a ella, moviéndola para despertarla, sin tener resultado alguno.

—¡F.R.I.D.A.Y.!—gritó—¡Avísale a la doctora Cho que necesito ayuda!

Levantó a Anastasya, prácticamente arrastrándola por el suelo. Estaba horrorizada por el estado de su hija; descubriría quien había hecho aquello y mataría al que se hubiese atrevido a dañarla. Abrazó a su hija con desesperación, mientras veía llegar a la doctora Cho. Maldijo internamente su trabajo, pues James se había ido hacia dos semanas a completar una misión en lugar de Steve. No sabía en que maldito momento Sharon, María y ella habían quedado embarazadas juntas puesto que eso complicaba cada vez más las cosas para los futuros padres, que trataban de compartir el escudo del Capitán América lo más posible para que todos tuvieran tiempo en casa.

—¿Tasha?—la voz de Clint Barton la hizo reaccionar—¿Qué carajos? ¿Es Anastasya?

—¡Clint! ¡Necesito ayuda!

Ante la desesperación de la espía, Ojo de Halcón tomó a la joven en brazos. La extensión de las heridas de la chica era mayor, podía verse el hueso expuesto en su muñeca. El arquero apretó los dientes al ver a su sobrina llena de hematomas y rasguños. Conocía muy bien aquello, por lo que podía decir que Anastasya había sido torturada brutalmente. ¿Cómo podía haber sobrevivido de esa manera? ¿Cómo habían caído tan fácil en el engaño de que la chica estuviera en un retiro espiritual?

—¿Qué ha pasado?—gritó Wanda.

La Bruja Escarlata no concebía el estado en el que se encontraba su amiga. Aunque llevaba poco más de un mes sin hablar con ella, no podía dejar de quererla. Ella había visto las fotografías de la gimnasta con Draven, que proclamaba a los cuatro vientos ser el amor de su vida y aunque se sentía herida, quería que fuera feliz. Para Wanda ese beso había significado mucho más de lo que deseaba aceptar.

—No lo sé, Wanda—murmuró Clint—Pero Anastasya necesita ayuda médica, ¡rápido!

Wanda asintió con la cabeza, apurando a la doctora Cho que llegaba con la camilla y unos cuantos enfermeros. A pesar de todo el movimiento a su alrededor, Anastasya seguía inmóvil. Natasha podía contar las costillas de su hija, los huesos de las muñecas, cada una de las falanges de sus dedos. No podía dejar de llorar, con los puños apretados de rabia. Clint depositó a su sobrina en la camilla, besando su frente.