20. ¿En qué mundo sobrevivimos?

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Disclaimer: Los Vengadores. no me pertencen, son de Disney y de Marvel. Solamente la historia y los personajes que no reconzcan me pertencen. 

NOTA: Negritas en ruso.

Si la decisión fuera de Anastasya, la chica no se separaría de Alexei. Sabía muy bien que el Guardián Rojo era su oportunidad para salir de ese lugar; además de todas las emociones que sentía al tenerlo cerca. Desde que recordaba, había adorado a su tutor pero ahora que entendía cuales eran sus memorias reales el cariño que tenía por ese hombre había crecido exponencialmente.

—Gracias por venir por mi...—dijo la chica en un suspiro, separándose de él—No tenías porque hacerlo.

Alexei se rascó la cabeza, visiblemente incómodo por la conversación.

—Era lo correcto. ¡Demonios, Nastya! No pensabas que te dejaría aquí, ¿o sí?

Natasha se puso de pie en ese momento, no se sentía bien al escuchar la conversación entre ellos dos. Le parecía demasiado íntima para que tuviera lugar en la base de Iván Petrovich, cualquier cosa que escucharan o dijeran podía ser usada en su contra.

—¿Seguro que vienes por ella, Shostakov?—dijo la espía, alzando una ceja—¿O solamente intentas convencerla de que se hunda más en esta mierda?

Anastasya respiró profundamente, tratando de controlarse. No podía pelear con su madre cuando estaba a tan poco tiempo de dar a luz. Era obvio por la manera en que la rusa se contraía de dolor aunque intentaba ocultarlo; el trabajo de parto había comenzado.

—No estás en condiciones de ser tan desconfiada, madre querida—dijo la chica.

—Hazle caso a Nastya, Natka—comentó Alexei, tendiéndole la mano—Deja esa forma de ser tan tuya de lado, al menos por el bien de tus hijos.

La mano de la espía voló a su vientre, sintiendo los movimientos desesperados de su hijo. Alzó la vista para encontrarse con Anastasya, que se aferraba al Guardián Rojo casi con desesperación. ¿Por qué demonios sentía que tenía que escoger entre ellos dos? Intentó levantarse de nuevo, pero el dolor se lo impidió. La joven gimnasta se apresuró a ayudar a su madre, sosteniendo todo su peso en ella.

—Él me ha querido, me ha cuidado...a su manera, si—suspiró Anastasya—Tal vez no es la correcta pero funciona.

Natasha dudó, con el dolor plasmado en la mirada. Su hija confiaba la vida de ambas a Alexei, porque él si había podido sacarla de la Sala Roja. Lo único que le quedaba en ese momento es poner sus vidas en manos del que había sido uno de sus peores enemigos, tal vez era momento de mandar todo eso muy lejos para convertirse en aliados.

—Está bien—Natasha gimió de dolor—Iremos contigo, Shostakov.

La primera recompensa de la Viuda Negra fue una sonrisa tímida en el rostro de su hija.

—No tenemos tiempo que perder—anunció Alexei—Tengo el helicóptero encendido y amarrado cerca de una de las salidas, espero que no lo hayan descubierto ya. ¡Avancen!

Anastasya prácticamente cargaba con su madre, pues aunque la espía apretaba los dientes e intentaba moverse, no podía pelear contra la naturaleza. Había roto aguas, sentía la sangre correr por su entrepierna y no fue capaz de avanzar un paso más.

¡TIENES QUE ESTAR JODIÉNDOME!—masculló Alexei.

Las dos se sorprendieron cuando el hombre se puso en acción. Sin importarle que estaban contrarreloj, Alexei recostó a Natasha de vuelta en el camastro de la celda. Anastasya no sabía que hacer, sentía que ella misma estaba de sobra en el lugar.

La Chica de los Ojos Sin Miedo || BUCKYNAT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora