17. ¿Me vas a abandonar?

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Anastasya pensaba rápidamente en la forma de sacar a sus amigas de esa casa antes de que las descubrieran. Por más que Iván proclamara que ella era su heredera, no estaría muy feliz de dejar cabos sueltos. Algo que había quedado bien impregnado en su mente era la forma en que Yelena se aseguraba de terminar con todos los testigos.

—Lo que vamos a hacer es lo siguiente—dijo lentamente viendo a Danielle—Yo hablaré con Petrovich, intentaré buscarlo y convencerlo de quedarse conmigo, después de eso se irán por ese balcón, ¿entendido?

Las tres chicas asintieron, así que Anastasya apuró el paso hasta la planta abaja. Necesitaba saber qué era lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Podía ver como los hombres que las tenían rehenes ahora pasaban con la vista baja junto a ella. Sabía que no debía sentirse así, pero había una especie de orgullo en su cuerpo cuando veía lo golpeados que estaban. Después de todo, ella era la hija de la Viuda Negra.

—Buenas tardes, Iván—anunció entrando a su oficina.

Era un lugar enorme, con un balcón que daba vistas a un enorme viñedo. Si estaban en Estados Unidos, seguramente se encontraban en California. Suspiró al ver la belleza frente a ella, que escondía tanta miseria.

—¡Nastya!—dijo el hombre levantándose—¿Están cómodas tus invitadas?

La chica asintió secamente con la cabeza. Pensaba con cuidado sus palabras, investigando qué era lo mejor para decir en ese momento.

—Perdona, Iván...—sonrió—Mi ruso está un poco rústico.

—Una lástima—dijo el hombre—¿Quieres vino?

—Me vendría bien.

Ninguno de los dos sabía bien qué decirse. Anastasya esperó, con las piernas cruzadas a que le sirviera la bebida.

—Me gustaría que mis amigas se fueran—comenzó a hablar.

—Eso no podrá ser—el hombre se sentó frente a ella—Sabes muy bien como funcionamos.

—Entonces necesitarán ropa y atenciones, sí voy a convencerlas de que se mantengan a nuestro lado será necesario.

—Tienes la misma mente estratega de tu madre.

La improvisación la iba a llevar muy lejos, pero debía ser lo suficientemente hábil para mantener aquella careta. Estaba engañando a la persona que le había enseñado a su madre a mentir y traicionar, esperaba que no la descubrieran o estaría muy jodida.

—Me enseñaron bien—dijo encogiéndose de hombros—¿Cuál es el siguiente paso?

—¿A qué te refieres?

Anastasya tomó un sorbo de vino, poniendo su mente a trabajar.

—Ya estoy aquí, ¿no? Cómo has dicho, no podré volver a la vida que tenía antes, entonces...es momento de tomar mi lugar en la KGB.

Iván Petróvich asintió, complacido.

—Me gusta escucharte hablar así—mencionó—La prueba de que el soldado del invierno puede funcionar sin la manipulación mental de por medio.

—¿Qué dices, Iván?

Anastasya tenía que fingir desinterés, aunque por dentro deseaba matar a aquel hombre.

—El programa del soldado del invierno funcionó mejor contigo que con tu padre—dijo con orgullo—El sargento Barnes era mucho más fácil de manipular cuando tu estabas de por medio.

La Chica de los Ojos Sin Miedo || BUCKYNAT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora