Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan, son míos.
NOTA: Negritas es ruso y cursivas son flashback.
No hubo manera en la que Natasha y James pudiesen hacer que su hija hablara con ellos. Una vez que la joven tomó la resolución de que no quería nada con sus padres, se dio la vuelta en la cama; escondiéndose en el regazo de Wanda. Su cabello, ahora corto y pelirrojo, no hacia nada para tapar su rostro, surcado por las lágrimas.
—Anya, por favor...—imploró Natasha.
—¡NO QUIERO HABLAR CON USTEDES! ¡SALGAN DE AQUÍ!—volvió a gritar la joven.
Wanda sabía qué tenía que intervenir en ese momento, antes de que su amiga explotara. Podía meterse en su mente sin ningún impedimento, viendo cómo todos sus pensamientos y traumas solamente conseguían inflamar más su cerebro.
—Tasha...—dijo la bruja poniéndose de pie—Es mejor que se vayan, les prometo que la convenceré de qué hable con ustedes, pero ahora no es el momento.
—Pero Wanda—quiso intervenir Bucky—Es nuestra hija.
—¡Ahora eso no importa!—mencionó Wanda—Lo único que hacen es empeorar su estado.
Natasha se negaba irse, pero la visión de su hija con las manos cubriéndole los oídos en un intento de apagar los sonidos alrededor de ella. Anastasya estaba en una crisis, no solo médica pero también emocional. Sintió un enorme nudo en la garganta cuando se dio cuenta de que ella no podría ayudarla.
—Vamos, tishina—susurró James—Dejemos a Annie por un rato.
Siguió a James sin decir nada, mientras que Anastasya se frotaba los ojos con furia para que las lágrimas dejaran de salir de ellos. Sentía que la cabeza le dolía cada vez más, como si alguien estuviese martillando encima de ella.
—¿Wanda?—preguntó la joven gimnasta sin abrir los ojos—¿Puedes llamar a Shuri o a la doctora Cho?
La Bruja Escarlata asintió con la cabeza, notando la molestia en su amiga. Besó su cabello mientras salía de la habitación. Anastasya le agradeció apretando su mano con fuerza antes de salir de la habitación. La gimnasta no creía ser capaz de soportar aquel dolor tan horrible, parecía que todo a su alrededor fuese a estallar en un solo instante.
—¿Qué es lo que sientes Anastasya?—preguntó Shuri en cuánto llegó, apresurándose a colocar electrodos en su cabeza para analizarla—¿Puedes señalarme donde te duele?
La chica hizo señas en su cabeza, respondiendo lo mejor que podía a las preguntas que hacían las dos médicos. Ella solo tenía en mente dos cosas en ese momento, volver a dormir y hablar con Alexei. No podía dejar de pensar en su tutor, quien defendió a capa y espada que ella nunca había estado controlada por la KGB. Era difícil para ella entender cómo aquel hombre creía en ella pero sus padres no lo hacían. Además, estaba segura que aquel dolor de cabeza la mataría y deseaba encontrar una manera de devolverle el favor a Alexei Shostakov.
—Necesitarás tomar medicamentos para el dolor—mencionó Shuri—Y para desinflamar, no es bueno que continúes entrenando, al menos hasta que podamos volver a evaluarte. ¿Alguna vez has fumado marihuana?
Sintiéndose levemente presionada y comprometida, Anastasya asintió con la cabeza.
—¿Debo dejarlo?—alzó las manos—¡Juro que no es una adicción! ¡Puedo dejarlo cuando quiera!
Para su sorpresa, Shuri comenzó a reír igual que la doctora Cho.
—Realmente la marihuana no genera adicción, Anastasya—dijo la doctora—Lo único que debes hacer es tener cuidado cuando la consumas, ahora mismo te ayudará para el dolor...de manera controlada.
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La Chica de los Ojos Sin Miedo || BUCKYNAT.
Ficción GeneralSegunda parte de Anastasya. ¿Serán capaces la Viuda Negra y el Soldado del Invierno de lograr liberar a su hija, a quien les costó una vida entera recuperar, de las garras de la Nueva Sala Roja que sigue operando con más fuerza que nunca, apoyada p...