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—————༺¿𝕾𝖊 𝖆𝖈𝖆𝖇𝖔?༻—————

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Preparamos un plan y después volvimos con los demás esperando a que llegara la hora de llevar a cabo el plan.

Gally ordenó a sus amigos ir por Thomas y Teresa y los trajeron a la entrada del laberinto pero Thomas fingía estar inconsciente.

Todos estábamos alrededor en completo silencio mientras que Gally se veía realmente molesto y como si estuviese apunto de disfrutar lo que iba a hacer.

—Esto no se siente bien. —Winston atrajo todas las miradas. Parece que el tenía algo de sentido común.

—¿Qué si Thomas tiene razón? Quizá nos pueda sacar de aquí. Llevarnos a casa— Continuó Jeff, al parecer no todos estaban verdaderamente de acuerdo con Gally sino que fingían estarlo por miedo a ser desterrados también.

—Estamos en casa ¿ok? No quiero tener que seguir tachando nombres de ese muro.

—¿De verdad crees que haciendo esto lograrás algo?

—No. Pero no es un destierro, esto es más como una ofrenda. —Mis ojos se abrieron como platos y miré a mi alrededor, nadie se atrevía a decir nada. Si no supiera e plan probablemente ya estaría gritándole a Gally. De verdad se sentía mal que el estuviera haciendo esto, lo creí una buena persona y un gran amigo.

—¡Espera¡ ¿Gally, Qué crees que haces? —Un chico comenzó a atar a Teresa al poste frente al laberinto.

—No esperas de verdad que valla a dejar salir a Thomas al laberinto después de todo. Esta es la única manera. Cuando los penitentes regresen se Irán al obtener lo que ya querían y todo regresará a la normalidad. —Que estupidez.

—¿Acaso están escuchando? ¡Ha perdido la cabeza! —Gally la calló pero ella continuó. Sentí la mirada de Minho y correspondí, no faltaba mucho. —¡Si se quedan aquí los penitentes van a regresar y se van a llevar a todos y cada uno hasta que ni quede nadie!

—¡Solo cállate! ¡atenlo! —Señaló a Thomas en el suelo y cuando los dos chicos lo levantaron el los golpeó librándose de ellos y tomando la lanza de uno de ellos.

Me acerqué y golpeé a uno de los chicos que estaban detrás de Thomas y cayó al suelo, saqué el machete que colgaba en mi espalda y corrí hasta la entrada del laberinto, ya todos estábamos en la entrada con armas para defendernos. Vi como Minho tenía el machete sobre el hombro de Gally y ladeo la cabeza amenazandolo, después se incorporó a nosotros.

—No dejas de sorprenderme, Thomas.

—No tienes que venir con nosotros, pero nosotros nos vamos. Si alguien más quiere venir con nosotros es su última oportunidad.

—No lo escuchen, solo quiere asustarlos.

—No, no quiero asustarlos, ya están asustados. Yo estoy asustado, pero prefiero arriesgar mi vida allá afuera que pasar el resto de mi vida aquí. No pertenecemos aquí, este no es nuestro hogar.

𝕰𝖑 𝖑𝖆𝖇𝖊𝖗𝖎𝖓𝖙𝖔 𝖉𝖊 𝖒𝖎𝖘 𝖊𝖒𝖔𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘 •Minho•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora