CAPÍTULO 21: Adicta a él.

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Miro fijamente los ojos cafés de Byron mientras espera bajo la incertidumbre de lo que voy a responder. Las manos me tiemblan y mi corazón está aún más acelerado que antes.

 - ¿Qué regla? – cuestiono fingiendo no saber a lo que se refiere.

Byron suspira y se gira dándome la espalda.

- Olvídalo. – dice antes de comenzar a caminar hacia las escaleras de las gradas.

Quiero frenarlo pero a la vez no quiero verme como la estúpida que va tras de él después de que me usó como un niño a un juguete. Mi orgullo está lastimado y no creo que pueda volver a caer en su infierno.

 
[…]

 
Luego de lo ocurrido en las gradas no volví a hablar con Byron durante toda la mañana y con Jack, bueno, con él estuve en las clases que nos tocan juntos pero casi no hablamos y después Layla lo obligó a sentarse con ella y sus amigas durante el almuerzo.

Camil se la pasó hablando de lo que decían todos en la escuela referente a la pelea entre mi hermanastro y el pelirrojo, pero claro, también se la pasó preguntándome la verdadera razón por la cual tenía el labio así ya que no se creía la historia de que me pegué.

Está a punto de terminar la última clase del día todos mueren de ganas de ir a sus casas a descansar de los tortuosos maestros, en cambio yo, lo que más deseo es no tener que ir al mismo lugar donde estará Byron. Además, a esta hora siempre estamos solos, ya que su padre y mi madre llegan horas después que nosotros y estar a solas con él no es algo que quiera hacer.

- Al fin. – dice Camil levantándose y veo a todos saliendo apresurados del salón.

- ¿Ya se acabó la clase?

- No, veras, acabamos de hacer una huelga y por eso estamos saliendo. Obvio se acabó la clase, Madi. ¿Dónde rayos estabas que ni te enteraste?

- Pues aquí. – señalo la silla donde reposa mi culo y ella rueda los ojos.

- Ahí estaba tu cuerpo pero tu mente andaba en china o en el cuerpo perfecto del adonis pelirrojo con el que te escapaste ayer. – dice guiñando el ojo y dándome un empujón.

- Estás loca. - Respondo rodando los ojos y luego me levanto para salir como todos mis compañeros.

Camil viene junto a mí hablando sobre lo que quiere hacer este fin de semana y de las ganas que tiene de hacer o ir a alguna fiesta.

Al salir al pasillo dejo de ponerle atención ya que mi mirada se cruza con la de Byron que me mira con desdén, como si lo que me dijo en las gradas jamás hubiese pasado.

Bajo la mirada en cuanto paso junto a Byron pero él me toma del brazo haciéndome detener. No lo miro y él no dice nada, unos segundos después me arrastra por el pasillo hasta salir del colegio.

No dejamos de caminar hasta llegar a la parada de autobús más cercana. En el camino ninguno de los dos emitió palabra, yo solo me limité a caminar detrás de él y él se limitó a arrastrarme hasta llegar.

Al llegar me siento en la banca de espera y él se para junto a mí, lo veo de reojo de vez en cuando pero Byron solo mira la calle mojada frente a nosotros.

- ¿De qué se trata esto? - cuestiono en voz baja.

- Ya viene el autobús, levántate. - ordena.

Resoplo pero aún así me levanto de inmediato y paso junto a él. Le hago la parada al autobús, este se detiene y ambos subimos.

Nos sentamos hasta la parte de atrás, al igual que ese día que salí con George y básicamente Byron me salvó de la lluvia.

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