- ¿Qué hacías ahí? - cuestiona mi madre al verme salir de la habitación del sin cerebro.
- Estaba recorriendo la casa y entré aquí. - respondo mientras camino hacia ella.
- Esa es la habitación de Byron, a él no le gusta que entren ahí. - dice con preocupación.
- Si, ya me percaté de eso. - le sonrío y pasó al lado de ella.
- ¿Qué pasa contigo? - cuestiona tomándome del brazo y haciendo que frene.
- ¿Qué pasa conmigo? ¿De verdad no sabes? - respondo con enojo.
- Madi, se que no te gusta este cambio, pero eso no justifica tu pésima actitud. - dice mirándome a los ojos.
- ¿Mi pésima actitud? Te informo que tendrás que acostumbrarte a ella, porque a partir de ahora está es la actitud de tú hija. - respondo y jalo mi brazo para que ella suelte su agarre.
Veo como sus ojos se cristalizan y asiente mientras se da la vuelta y se va. La veo alejarse por el largo pasillo y siento de nuevo las náuseas. De verdad no suelo ser así, pero no encuentro otra manera de ser debido a las circunstancias.
Sigo con la mirada a mi madre hasta que desaparece bajando las escaleras, regreso mi mirada hacia la puerta de la habitación y veo a Byron recostado en el marco de esta.
- ¿Qué? - digo con molestia, él solo niega y entra a la habitación cerrando la puerta.
Camino hacia la habitación de al lado y en la puerta se lee "Bienvenida Madeleine". Ruedo los ojos y arranco el papel con la frase.
Entro a la habitación y se encuentra perfectamente ordenada, en ella hay una cama, mesitas de noche con unas lámparas elegantes, un gran clóset, una mesa para maquillaje con un espejo enorme y con luces al rededor, tengo mi propio baño y un pequeño balcón con un asiento colgante.
- Por lo que veo te esforzaste James. - digo susurrando y sonrío.
Comienzo a guardar todas mis cosas en los lugares correspondientes, al terminar me tiro en la cama y quedo profundamente dormida.
Comienzo a soñar con un apuesto jovencito que al parecer es George, ese chico realmente es atractivo, hace que mi corazón se acelere, Dios, me dará un infarto.
- ¡Madi, Madeleine! - escucho la voz de mi madre y doy un salto en mi cama. - Baja a comer.
- ¿Mmmh? Si, ya voy - digo balbuceando.
Me levanto corriendo para lavarme la cara y los dientes. Después de hacer eso bajo corriendo hasta llegar al comedor donde se encuentran sentados James, mi madre y el sin cerebro de Byron.
- Madeleine, te presento a Byron, mi hijo. - dice James con una amplia sonrisa en el rostro y con una mano en el hombro de Byron.
- Mucho gusto. - dice Byron poniéndose de pie y extendiendo su mano para saludarme.
Aish, ¿acaso este tipo tiene doble personalidad?
- Mucho gusto. - respondo sin tomar su mano y acto seguido me siento al lado de mi madre.
La comida avanza sin nada relevante, mi madre y James no dejan de hablar de los planes que tienen y Byron no deja de mirarme, hace que me sienta incómoda.
- ¿Qué hora es? - le pregunto a mi madre y ella de inmediato ve el reloj que se encuentra en su muñeca.
- Las cinco con treinta, ¿Por qué? - cuestiona y yo me levanto de inmediato.
- Pasan por mi a las seis. Gracias por la comida. - digo mientras corro hacia las escaleras.
Llego a mi habitación y me meto a bañar lo más rápido posible. Al salir del baño busco alguna ropa que me quede muy bien, algo sexi pero casual. Al final decido usar un vestido holgado pero corto y nos tenis, hato mi cabello en una coleta y pongo algo de máscara de pestañas y brillo labial.
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DESEO PROHIBIDO 🔞
Teen FictionMadeleine es una adolescente normal, sin nada fuera de lo común y con una vida feliz al lado de su madre. Pero no siempre puede ser así. Un cambio de vida está destinado para ella, una nueva ciudad la espera acompañada de un deseo prohibido que pon...