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Serpentee entre las personas hasta llegar junto a Druig y le sonreí.

-¿Dónde estabas?

-Escuchando la historia que contaba Sprite junto a los demás.- Respondí- Pero ahora estoy aquí contigo.

-Mm, me agrada esa idea- Respondió. Se inclinó para besarme justo en el momento en que llegaba Makkari, logrando levantar un poco de polvo debido a la velocidad.

-Ah, querida Makkari, ¿Dónde estabas?- Pregunté, acompañando la frase con señas.- Llegas tarde.

"Necesitaba objetos para comerciar" Respondió. Y mientras nos explicaba, se dio vuelta con rapidez para atrapar a un hombre que estaba a punto de robar las cosas que nuestra amiga había traído consigo.

-Puedo sentir las vibraciones a mi alrededor- Dije traduciendo para los hombres lo que Makkari decía por señas- Incluso el más pequeño movimiento. Incluyendo sus voces mientras hablan. ¿He estado perdiendo mi tiempo con ustedes? La tabla esmeralda que estás buscando es un mito.

Makkari sonrió con suficiencia. Los hombres la miraban un tanto sorprendidos.

De repente, un bullicio se escuchó. Un par de hombres habían comenzado a pelearse. Druig se levantó al instante, sus ojos brillaron. Los hombres se detuvieron y se miraron entre si, luego se dieron un par de bofetadas y luego gritaron de alegría y se terminaron abrazando entre sí.

Makkari y yo nos miramos entre sí. Teníamos prohibido interferir entre los asuntos de los humanos. Mi amiga y yo nos acercamos a Druig.

"Ajak dice que cuando los humanos tienen conflictos entre ellos no debemos interferir" Dijo Makkari.

-Makkari tiene razón, no podemos hacer eso y lo sabes- Dije.

-Pues, Ajak también dice que robar es muy muy malo- Respondió Druig, entregándole a Makkari uno de los objetos que ella había aparentemente robado- Y, tampoco le gusta que se creen  orbes de luz y se los entreguen a los comerciantes a cambio de joyas. En especial cuando los Orbes desaparecen luego de algunos minutos. 

"Si tu no dices nada, yo tampoco diré nada" Sonrió Makkari.

-Trato hecho- Dijo Druig. Luego se volteó a mirarme- En cuanto a ti, no sé como harás para convencerme de que no se lo cuente a Ajak.

-Oh, al igual que Makkari, puedo decirle a Ajak sobre lo que haces- Respondí, con una sonrisa en el rostro. Druig dio varios pasos hacia adelante, mientras que yo me disponía a retroceder.

-No es suficiente- Dijo Druig sonriendo de la misma forma que yo, aunque más coqueto. Choqué contra una pared. Druig levantó la mano y apartó un mechón de cabello de mi rostro, colocándolo detrás de mi oreja. Lentamente hizo un movimiento y colocó su mano en mi mejilla.

-Oye, sé que quieres protegerlos y evitar el caos, pero no podemos intervenir- Dije en un leve susurro, solo para que el pudiera escucharlo- Druig, yo me preocupo por ellos también, pero debemos protegerlos sin intervenir.

-Nirelle, los protegemos de los Desviantes, ¿Y luego qué? ¿Dejamos que se maten entre si?- Druig me miró de forma inquisitiva.

-Arishem sabe porque nos ordena estas cosas- Respondí.

-Tal vez estamos siendo demasiado leales- Contestó Druig esta vez de mala gana.

-Mira, podemos protegerlos, tratar de guiarlos. Lo haremos juntos.- Coloqué mis manos sobre su pecho y sonreí. Druig me devolvió la sonrisa.

𝒢𝑜𝓁𝒹𝑒𝓃  ⁽ᴱᵗᵉʳⁿᵃˡˢ⁾ ~ 𝐃𝐫𝐮𝐢𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora