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Amazonas

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Amazonas

A mi lado, Kingo apartó con molestia un mosquito que lo estaba molestando. De todos los Eternos, podía considerar a Kingo como mi mejor amigo, siempre había estado allí y constantemente me hacía reír.

-¿Crees que Druig se haya hecho amigo de Brandy y el Señor Bigotes en estos años que estuvo aquí?- Preguntó Kingo. Yo no pude evitar soltar una carcajada.

-Tal vez hasta fue él quien los ayudó a construir la casa del árbol- Dije yo, siguiendole la broma que yo misma habia comenzado en el avión. Ambos comenzamos a reír hasta que Gilgamesh nos lanzó una mirada que básicamente quería decir que nos calláramos. 

Seguimos caminando a través de la selva. Había muchísima vegetación y a por un momento temí que algún animal saliera de entre las ramas y nos atacara. Luego recordé que era una Eterna, pero de todas formas me mantuve alerta.

Comencé a juguetear con mis manos al tiempo que nos acercábamos más al bullicio. Empecé a respirar con un poco de dificultad y me detuve, apoyando mis manos en mis rodillas. Kingo se detuvo también y colocó una mano en mi hombro.

-Oye, tranquila, ¿si? Respira, despacio.

-Creo que...me falta el aíre por la humedad de la selva.- Informé. Me incorporé. Los demás se habían detenido al igual que Kingo- Es mejor que yo espere aquí y ustedes van y tratan de convencerlo. De esa forma podré prepararme mentalmente para verlo. Podría hacer un playlist con canciones para hacerme la idea. Podría hacer un playlist de Taylor Swift, esa mujer tiene una canción para todo tipo de situación.

-Elle, Elle, por favor, necesitas calmarte- Dijo Kingo mientras me tomaba por los hombros- Sé que el aíre aquí no es muy bueno, pero simplemente estás nerviosa. Y tú eres fuerte, se que puedes afrontar eso.

Inhalé y exhalé varias veces, cerré los ojos y los abrí lentamente. Al mirar a un lado, vi a Karun con la cámara en alto, apuntando hacia nuestra dirección.

-¿Karun? ¿Qué haces?

-Grabo los momentos previos al reencuentro esperado por todos.- Respondió Karun con cierta emoción en su voz.- Será como un drama romántico.

Yo bajé las manos de mi rostro y avancé, dispuesta a romper esa cámara pero Sprite me detuvo.

-Escucha, vas a ir ahí, vamos a decirle a Druig que lo necesitamos- Dijo la pelirroja- No tienes porque hablar con él. Nosotros lo haremos.

-Pero Druig querrá hablar con ella- Dijo Thena, mirando hacia el suelo y luego la paseó por todos nosotros. Gilgamesh a su lado se cubrió el rostro.

-Nirelle, puedes hacerlo, ¿si? Piensa, el destino de la humanidad depende de todos nosotros- Kingo masajeó mis hombros y yo volví a exhalar. Lentamente comencé a asentir.

-Bien, podemos hacer esto. Puedo hacerlo.

Seguimos adelante. Luego de caminar otro poco, pudimos ver a varias personas trabajado. Grupos de niños que iban y venían jugando. Había corrales con llamas. Yo me mantuve junto a Kingo y Karun.

-Buenas tardes- Nos saludó una de las mujeres, quien cargaba unos cestos.

-Que bonito está aquí, señor- Dijo con emoción Karun, mientras sonreía.

-Son apariencias- Respondió mi amigo- Si no conoces, no temes.

Mire a mi alrededor. Me acerqué a un grupo de niños que jugaban. Una de las niñas se me acercó con una sonrisa. Levantó su mano y me extendió una flor de color amarillo. Yo se la acepté con una sonrisa. De repente, los niños miraron todos en una misma dirección. Yo fruncí el ceño y escuché el ruido de una puerta abrirse.

Al voltearme, lo vi. Los demás se habían reunido, detrás de ellos los lugareños se habían reunido detrás de mis amigos. Noté que se encontraban bajo control mental.

Druig vestía lo que parecía ser una camisa color celeste y arriba un abrigo negro. Sonrió hacia mis amigos. Noté que aún no había reparado en mi presencia y en parte me sentí aliviada; aún tenía la oportunidad de irme corriendo de allí, pero supuse que en la quietud que se había formado en el lugar los demás notarían cualquier tipo de movimiento.

-Cuanto los extrañé a todos- Dijo Druig, paseó la mirada por los demás, analizándolos y luego la bajó, parecía decepcionado. Entonces levantó la mirada nuevamente y sus ojos fueron a parar directo hacia donde yo me encontraba.- Nirelle- Mostró una pequeña sonrisa y sus ojos brillaron.

Pude notar como Karun levantaba la cámara, pero yo me encontraba tan nerviosa que ni siquiera atiné a hacerle un gesto para que la bajara antes de que yo la rompiera. Jugué con mis manos y volví a tomar aíre. Le di una pequeña sonrisa a Druig y dije:

-Hola Druig, ¿Qué tal?

Caminé con lentitud, sintiendo la mirada de Druig sobre mi. Me paré junto a Gilgamesh y Thena. Esta última me lanzó una sonrisa de aliento. Para verme relajada, intenté apoyar mi brazo sobre el hombro de Gilgamesh, pero él se apartó.

-¿Que haces, Nirelle?

Yo sentí como mis mejillas se calentaban y se volvian rojas. Maldito Gilgamesh, lo mataria a golpes mas tarde. Volví mi atención hacia Druig.

-Pasen, están en su casa- Sonrió Druig.

𝒢𝑜𝓁𝒹𝑒𝓃  ⁽ᴱᵗᵉʳⁿᵃˡˢ⁾ ~ 𝐃𝐫𝐮𝐢𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora