Los Eternos, una raza de alienígenas creados por los Celestiales para defender a los humanos de sus contrapartes, los Desviantes.
Nirelle es una de ellos, la eterna que tiene el poder de controlar la luz y crear orbes de brillante luz dorada que pue...
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Irak
El avión privado de Kingo nos dejó a una buena distancia de donde se encontraba el domo. Kingo se había quejado durante todo el camino sobre cuanto habíamos tardado Druig y yo en volver al avión.
Druig se había puesto la ropa que habíamos comprado en Chicago. Llevaba una camiseta, jeans y botas negros. También llevaba una chaqueta de cuero del mismo color.
-¿Quién te dio el permiso de verte tan bien con eso puesto?- Le pregunté con una sonrisa coqueta.
-Yo mismo, linda- Respondió, sonriéndome también con coquetería.
-Dios, contrólense los dos- Dijo Phastos- No quiero tener que soportarlos coqueteando mientras tratamos de evitar el fin del mundo.
-Sí, es bueno tenerte con nosotros también- Le respondí a Phastos dandole unas palmaditas en su hombro. Debido al calor del lugar, todos nos colocamos gafas para el sol. Mire a Druig y no pude pedir que fuera más lindo.
Caminamos un poco, había un par de personas delante de nosotros. Sprite utilizó su poder para hacernos invisibles, mientras que Druig utilizó el suyo para controlar las mentes de las personas y obligarlas a irse del lugar en sus camionetas. En cuanto lo hicieron, nosotros avanzamos, mientras Sprite deshacía la ilusión.
-Wow, todos nos vemos demasiado bien- Comenté- Hubiera sido una escena digna de admirar mientras Seven Nation Army sonaba de fondo.
-Oh, que buena idea- Dijo Kingo- Karun, anota eso para el documental.
-Si, señor.
Phastos extendió su mano y en su palma apareció un holograma del Domo. Pronto, la tierra delante de nosotros comenzó a agitarse y de ella surgió el Domo, el cual se elevó en el aíre.
-Bienvenido al Domo- Le dije a Karun.
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-Una atmosfera sombría envuelve el lugar- Decía Kingo en voz baja, mirando hacia la cámara con la cual lo apuntaba Karun- Nos ahoga ésta quietud tan escalofriante.
Yo me encontraba un poco detrás de Thena y Phastos. Druig se encontraba detrás de mí. Karun caminaba de espaldas para poder grabar a Kingo sin problemas. Había varias cosas tiradas sobre el corredor. Parecía que alguien se había entretenido estos años recolectando cosas.
-¿Qué haces?- Preguntó Phastos- ¿Sabes que nos estás poniendo nerviosos a todos?- Entonces Thena pisó algo que había en el suelo, provocando que Phastos diera un salto- ¡Ah! ¡Thena, por favor, cálmate!- La rubia se apartó y lo miró de malas formas, al igual que todos- Ah, son papas. Solo es una bolsa de papas.
-Ser un Eterno como han notado, no nos impide sufrir emociones humanas- Dijo Kingo, mirando hacia la cámara- como la cobardía.
Entonces, levanté la vista y sonreí. Makkari se encontraba sentada sobre lo que parecía ser un trono. Estaba rodeada por infinidad de cosas que había recolectado en todos esos años. Tenía un libro en sus manos, al levantar la mirada sonrió.
-Pero, ¿Qué le ha hecho a mi laboratorio? ¡Hay un sarcófago!- Se quejó Phastos.
-Ella es Makkari, o debo decir, la señorita Coleccionista. Nadie la ha visto en años- Continuaba diciendo Kingo a la cámara.
"Finalmente, ¿Es hora de irse a casa?" Preguntó Makkari con una sonrisa.
Nadie mostró cara de entusiasmo, logrando transmitirle todo a Makkari. Ella borró su sonrisa del rostro y se mostró decepcionada.
-Lo siento, querida Makkari- Dije en voz alta y mediante señas- No podemos regresar a casa. En realidad no se si haya una casa a la que volver.
