Los Eternos, una raza de alienígenas creados por los Celestiales para defender a los humanos de sus contrapartes, los Desviantes.
Nirelle es una de ellos, la eterna que tiene el poder de controlar la luz y crear orbes de brillante luz dorada que pue...
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Estaba preocupada. Alisé la falda de mi vestido con estampado de flores para tener algo que hacer. Estábamos mirando un holograma de la tierra. Mordisquee mi dedo índice, comenzando a morder mi uña. Druig, quién comía como siempre, me lanzó una mirada reprobatoria.
"Han pasado semanas. No hemos sabido de ninguno de ellos. Es como si hubieran desaparecido" Dijo Makkari.
-Arishem- Dijo Thena.- Tenemos que volver.
-Estoy de acuerdo, ¿Pero qué podríamos hacer? Si Arishem se los ha llevado, no hay nada que podamos hacer- Dije, entonces sentí una presencia. Algo en el corredor.
Al instante, tomé la caja donde estaba la piedra filosofal, que milagrosamente habia sobrevivido al ataque de Ikaris y la pegué a mi pecho.
Thena pareció sentirlo también, puesto que se levantó, hizo aparecer su escudo y espada y comenzó a caminar hacia el corredor.
"Yo también lo siento" Dijo Makkari, mientras de una de mis manos comenzaba a salir una luz dorada.
-¿Qué?- Preguntó Druig, comiendo- ¿Qué ocurre?
-Deja de comer cinco minutos- Protesté, mientras me detenía junto a Thena.
Pronto, una luz apareció al fondo, entonces a nuestros pies cayó una especie de enano con orejas puntiagudas, y junto a él un jarra que parecía tener cerveza. Comenzó a reír y farfullar para si mismo:
-Uf, mis orejas. No siento los ojos. Jamás me volveré a tele transportar borracho.
-Ah, disculpa...- Comenzó a decir Thena, pero fue interrumpida por el hombrecito pequeño frente a nosotros.
-Ya voy, ya voy. - Comenzó a canturrear una canción, mientras que otra figura aparecía por la especie de portal que se había formado- Les presento al príncipe real de Titán, el hermano de Thanos, el ladrón de corazones. El vencedor de Black Roberts...
-Roger- Corrigió la figura.
- El vencedor de Black Roger, el gran aventurero, Starfox, del planeta Misterio.
Frente a nosotros había un guapo chico de cabello castaño y hermosos ojos verdes. Yo mostré una pequeña sonrisa.
-Es un honor conocerlos, mis compañeros eternos- Dijo. Luego se giró hacie el duendecito- Oye, no tienes que repetir esa introducción siempre...
Entonces comenzaron a discutir entre ellos dos, hasta que Thena los interrumpió.
-¿Quienes son?
-Me llamo Eros y este es Pip- Respondió el príncipe- Y tu eres tan hermosa como dice la leyenda, Thena...Al igual que tú, Nirelle- Me miró y al instante, sentí a Druig a mi lado.
-Sí, ella es hermosa y es mi esposa- Entonces me tomó la mano y yo me giré para verlo con una sonrisa.
-¿A qué han venido?- Preguntó Druig.
-Hemos venido a ofrecerles nuestra ayuda, queremos ayudar- Explicó Eros, extendió su mano derecha y en el apareció un orbe de luz brillante- Sus amigos están en muchos problemas.
Luego nos miró y sonrió.
Parecía que teníamos mucho que hacer. Apreté la mano de Druig y supe que podríamos hacer esto juntos.
