Solecito

753 62 9
                                    

Me gusta el mar, me gusta la brisa.
Pero más me gusta tú hermosa sonrisa 💕

Ahora se encontraba el argentino descansando bajo el Sol abrazador, una sombrilla a su lado, junto con unas bebidas y comida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ahora se encontraba el argentino descansando bajo el Sol abrazador, una sombrilla a su lado, junto con unas bebidas y comida.
Sonreía pequeño mirando al mexicano semidesnudo saliendo de la piscina.

No era su idea ir a un hotel con habitaciones y piscina privadas, pero no sé podía quejar el servicio al cuarto era excelente y la belleza del lugar perfecta.

— *le silva* que chulada ven mis ojitos— dijo Norte seductor al sudamericano, obviamente iba a valorar, ya que si su hermano no fue capaz de hacer suyo al argentino Primero, tal vez él tenía que ser el diera ese pequeño empujón.

— jejeje— río tímido tapándose con una toalla delgada de color azúl cielo— gracias~

— ¿porqué no te metes al agua conmigo hermoso?~— dijo acercándose lentamente al menor, a paso tranquilo y con una picardía notoria en su rostro— podemos jugar un rato~

Argentina se sonrrojo y desvió su mirada, era él o Mex trataba de seducirlo

— ¿Estás tratando de seducirme che?— preguntó sentándose mejor y riendo— te recuerdo que soy muy difícil

— epa, 'tonces ¿yo qué culpa que te hayas puesto tremenda belleza de bikini?— dijo cruzándose de brazos haciendoce el indignado, luego se puso de pie frente de él— vamos chulito, ¿Qué le falta a este taco pa' que te lo sirvas?

Argentina soltó una carcajada divertido

— nada~ jajaja

— psss~ no te digo que te haces el difícil. Ándale Arge un rapidin porfis— dijo poniéndose de rodillas y rodeando por la cintura a Argentina

— ¿P-pero porque tanta prisa?— preguntó sonrrojado y un poquito emocionado.

— no pues... Es que... Estamos solitos, yo no sé si pueda quejarme mucho tiempo contigo aquí, tengo que volver en cualquier momento a hacer mi trabajo, te adoro, quiero demostrarte de lo bueno que soy no solo en los detalles... Quiero que me ames completamente y no haya ninguna otra persona más en tu mente, ni en tú corazón— le acarició sus mejillas con suavidad— quiero que te enamores de mí en todos los aspectos y formas, quiero que te embriages de mí y sueñes conmigo siempre~

Se le acercó un poquito más y plantó un casto beso en sus labios.
No era un beso lujurioso, sino más bien una declaración de amor cargada de sentimientos amorosos.
Acariciando sus labios entre sí, descubriendo la suavidad de los labios del contrario y el poder imnotizante de sus salivas, el dulce sabor de los besos pecaminosos en cuanto el beso se hizo apasionado.

Ya no solo era dulce sino salvaje.

Argentina ni en sueños hubiera pensado que aquel que lo besaba con dicha intensidad no era más que una personalidad resguardada del mexicano, aunque aún así, Norte no desaprovechaba su oportunidad de al menos sentir el calor y el amor puro del sudamericano... Aunque sabía que el corazón del menor no latía precisamente.

No distinguía lo que le decía el corazón...
No sabía si su corazón latía por amor, tristeza o simplemente el amor no correspondido del contrario.

Sintió un golpe de nostalgia a su corazón.
Hace mucho que no experimentaba sentimientos como ese, ya no lo quería besar ciegamente.
Desconoció totalmente las palabras de su mente, cuerpo y alma y se alejo del sudamericano, simplemente lo soltó y volvió a mirar hacía la piscina

«solamente soy un recuerdo sin futuro» pensó fríamente.

Argentina en cambio solamente se quedó con la boca abierta pasmado por esa acción ¿qué había pasado?

— no juegues conmigo de esa forma— dijo haciendo un puchero, Norte lo volteo a ver analizando las tiernas facciones de su rostro

— perdón... Creo que... No me siento muy bien hoy— dijo en voz baja y cabizbajo finalmente se acercó a la piscina a sumergir sus pies en esa agua termal — voy a dormir un rato Arge... Quédate tú a jugar un rato.

De fue al interior de la habitación a descansar.

Argentina se quedó mido unos segundos, sería un poco imprudente de su parte no preocuparse por el mayor que estaba dando un máximo esfuerzo porque disfrutará de unas cómodas y lujosas vacaciones.

Se seco rápidamente con su toalla y fue con el mexicano, ignoró el hecho de que se había humedecido la cama por el agua que escurría de Norte.

Se sentó a su lado y le comenzó a cariciar su pecho, despertando a México.

— mmm? Qué pasa solecito?— preguntó ahora Sur, mirándolo con dulzura— ¿Ya se aburrió el bebé?

— Mex... ¿Qué ocurre? Dijiste que te sientes mal, ¿Quieres volver a casa o... Estás enfermo?— preguntó preocupado.

Aunque lo único que logró fue que Sur le acariciara la mejilla derecha y depositara un beso en la misma.

— tranquilo bebé, estoy bien si estás a mi lado ¿quieres ver una película conmigo?— preguntó sonriendo de medio lado.

Argentina soltó un suspiro aliviado

— claro pero... ¿me acompañas a ver el atardecer?

México río bajo feliz

— nada me haría tan feliz.

Se levantaron y fueron tomados de la mano al exterior de la habitación, subieron unas escaleras y llegaron al techo.

El Sol estaba despidiéndose mientras la luna comenzaba a resplandecer. México abrazo por la cintura al argentino y le dió un rápido beso en el hombro.

— te amo ~♡

Te ví por primera vez y me llamaste la atención.
Te ví por segunda vez y me robaste el corazón...

|°╬°|𝔻𝕠𝕟 𝕁𝕦𝕒𝕟|°╬°|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora