Prólogo

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Por ahora no encontré a alguien para Silas, si tienen algún actor que se le asemeje al de aquí abajo, por favor comenten.

El inicio

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El inicio

Silas

Mi rostro se mantenía inescrutable frente a la persona que tenía delante de mí.

Su nombre: Oliver Carter.

Él era hijo de un General que falleció ya hacia un par de años, graduado con honores, pertenecía al ejercito ocupando el mismo rango que su difunto padre. Desconocía el motivo de su llamada, por supuesto, esta fue para contratar mis servicios, sin embargo, estos podían variar, desde asesinar a sangre fría en una sola oportunidad, hasta infligir torturas por un periodo de tiempo largo.

A esto me dedicaba, pertenecía a la Organización de asesinos más poderosa y grande del mundo, comandada por varios lideres, pero con uno a la cabeza del que no conocíamos su cara, solo su nombre: Jafar Zuhair.

El hombre de origen pakistaní, formó una Organización poderosa. Se nos entrenaba para matar, sin emociones, sin piedad. Éramos maquinas de asesinar, completamente preparados y letales, con un sinfín de recursos a través del mundo. En cualquier parte donde estuviéramos, siempre encontraríamos lo que necesitáramos con un simple código que llevábamos tatuado en la piel, oculto ante el escrutinio curioso de los demás.

—Silas —mencionó Carter, llamando mi atención—, a secas.

—No necesita conocer mi apellido —decreté—, y le recomiendo que comience a hablar, mi tiempo es valioso.

Asintió y abrió un cajón del costado derecho de su escritorio, de él sacó un folder negro, me lo entregó y lo tomé.

—Dixon Russo —pronunció su nombre con repulsión—, él asesinó a mis padres y ahora yo voy a destruirlo, ese es mi propósito y por eso estás aquí

—Han pasado muchos años —comenté más para mí que para él.

—Supe esperar porque con el golpe que daré congelaré el infierno del Diablo. Su buena suerte se acabó.

Mi vista fija en la información que se me había dado. Alguna vez escuché hablar del Diablo, hacia ya un tiempo, hasta ahora seguía liderando en su ciudad, sin caos. El sujeto sabía trabajar y era muy cuidadoso, no revelaba su vida ilícita y eso le ayudaba bastante para mantener la paz de sus territorios. Además, contaba con bastantes socios, socios poderosos: rusos, italianos y mexicanos.

Matar al Diablo sería un reto que estaba dispuesto a tomar.

Sin embargo, alguien como Carter no espera tantos años para realizar un simple asesinato, él no quería matarlo, quería verlo sufrir, lo deduje por la información impresa en las hojas, aquí no solo se trataba del pilar de su familia, su esposa: Holly Russo. Sino también de su única hija: Molly.

Había fotografías de ella, la joven era bastante bonita: cabello miel, ojos avellana, rostro de ángel. Parecía que no rompía un plato, viviendo sobreprotegida por su padre, jamás había sido víctima de la vida delictiva de este. A simple vista aparentaba ser una chica dulce y hasta podía catalogarla tierna, inocente en todos los sentidos.

Francamente no me importaba asesinar inocentes, mientras se me pagara por ello me daba lo mismo. Si él quería eliminarlas, lo haría sin dudar.

—¿Qué quiere que haga? —Rompí el silencio. Elevé la vista hacia él.

—Que destruyas a su hija.

—Tiene que ser más específico, puedo destruir de muchas maneras. —Elevó la comisura de sus labios hacia un lado.

—De la más dolorosa y cruel, quiero que la humilles, que la hundas, así como él lo hizo con mi padre. Lo arruinó hasta el punto de orillarlo al suicidio —su voz rezumaba ira—, ese hijo de puta me arrebató muchas cosas. Quiero que acabes con ella.

Tomé un largo respiro, luego me incorporé.

—Bien. Delo por hecho —sentencié. 

Me dirigí a la puerta y abandoné el motel de mala muerte donde decidió reunirnos. Encendí un cigarrillo en el exterior aun con el folder en la mano. Tenía mucho que pensar y planear. Ejecutar esta misión no era como lo habitual.

¿De qué manera podría hundir a esa chiquilla?

Expulsé el humo y miré el cielo estrellado mientras el frío calaba en mis manos.

Bien podría volverla una adicta, acercarme a ella lo suficiente para corromperla, tal vez follarla o hacer que la follen. Ja. De pronto un mundo de posibilidades se abrió frente a mis ojos. Sería interesante tomar una decisión y bien, también sería divertido salir de lo cotidiano.

Dañar sin asesinar.

—Molly Russo —saboreé su nombre en mis labios—, espera por mí.

Y aquí tenemos el prólogo👀esto no tiene un rumbo fijo, así que todo puede pasar, conmigo siempre es así, nunca planeo.

¿Están listos para este caos?

Y advierto, no esperen una novela rosa, esto tendrá mucho drama y un nivel tóxico del que me gusta. Sin embargo, vamos a mantener un poco la esencia de Crueles instintos.

Nos leemos pronto💜

Clandestino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora