XIV

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El día de la pijamada, que para suerte de ambos les toco franco, Arabella se junto con Hisirdoux desde temprano a organizar todo lo que iban hacer en la noche.

Enlistaba en voz alta lo que iba a necesitar, trataba de sonar normal a pesar de lo que haría luego de pasar tiempo para arreglar todo con sus amigos.

—Zoe se encarga de las películas.— le comento Hisirdoux a Arabella que movía las piernas sobre su regazo.—No me patees.— se quejo frenando el movimiento.

—Listo el entretenimiento.— dijo enderezándose en su lugar.—Tu y yo iremos por comida y bebida

Hisirdoux no podía dejar de verla, extrañaba esa faceta suya en la que todo le hacia brillar. La tomo por los lados de la cara llevándose una mirada de sorpresa, haciendo que calle de repente con un beso.

—Como tu digas, me gusta la parte de la comida.— dijo tras el beso, con un sonrisa en la que se mordía el labio inferior.

—Basta, ya no hagas eso.— dijo avergonzada, algo que rara vez le sucedía.

—¿Hacer que?— preguntó Hisirdoux aun sabiendo la respuesta.

—Que tonto eres.— contestó, quitando las piernas de encima del pelinegro, para levantarse y estirarse.

Hisirdoux la tomo de la mano y la tiro a la cama otra vez, para darle otro beso.

—Ya se que pasa.— dijo sin soltar su rostro.—Es que te molesta no besarme tu primero.— dedujo haciendo que la rubia lo vea con sorpresa.

Antes que pudiera decir algo mas para defenderse, la volvió a besar, sin darle espacio a nada.

—Si que eres molesto.— dijo tras el último beso, sin alejarse de los labios de Hisirdoux.

A punto de romper el espacio que había, se levantó con rapidez de la cama, llevandose una mirada de sorpresa por parte del pelinegro.

—Te encanta matar los momentos.— se río el pelinegro poniéndose de pie.

—Soy experta matando momentos y mas.— se río, dándole la razón. —Te tienes que ir, debo hacer un par de cosas, y luego iremos a hacer las compras.— indico un poco mas seria.

Hisirdoux la vio muy serio, aquello fue un cambio muy repentino, sin embargo no se molestó en cuestionarla. A pesar que quería saber que tramaba, decidió darle su espacio, puesto que tenía bien en claro como era Arabella cuando la presionaban a algo.

Le dio un beso en la mejilla, se despidió de White, y se marcho.

Cuando la puerta se cerro Arabella volvió a marcar a Peggy, para avisarle que estaba por ir a su punto de unión.
No quería llamar la atención, pero inevitable, de pie a cabeza iba con un atuendo rosa que no pasaba desapercibido. Desde la mini falda, hasta el último cabello rubio era algo imposible no ver.

No quería cambiarse, porque eso levantaria mas sospechas si se cruzaba con alguien.

—Muy bien White, tu te quedas y me llamas si Douxie viene.— le indicó antes de salir.—Ya sabes como es, apoyar la pata en la pantalla.

White solo movió la cola, lo cual Arabella lo tomo que entendio su tarea.

Se marchó, viendo a todos lados para asegurarse que nadie la vea.

  El punto de encuentro seria bajo el puente, para eso tomó un atajo por el bosque, y en menos de diez minutos ya estaba allí. Para su buena fortuna, Peggy se encontraba ahí, con un cara de poco amigos.

Era imposible no reconocerla, y por mas que cambiara de looks, nunca olvidaría su mirada verde furioso, que tanto caracterizaba a su vieja amiga.

—Hola, hola. Perdón la tardanza, me tenía que sacar de encima a Douxie.— se excusó, mietras se acercaba a la castaña.

El destino de una bruja. [Tales Of Arcadia, Au. Douxie X Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora