Epilogo.

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El cielo se puso azul otra vez, la magia oscuras se había disipado. Se podía sentir hasta oír la esperanza de un nuevo día, a pesar que este todavía no terminaba.

Hisirdoux junto con White se quedaron internados en el bosque por unas horas, en silencio, sentados a los pies de la estatua de Arabella.

No lloraban porque no les quedaba mas lágrimas, pero si tenia el alma rota tan así que no podía levantarse para salir de ahí.

Circe llegó con el criar de los grillos, y la salida de la luna, igual de cansada. No quería caminar a mas velocidad de la que venía, porque era tener que enfrentarse con una realidad que no deseaba ver.

 Por mucho que no quería saber nada de Arabella, sabía que no podía odiarla, ni mucho menos desearle aquel destino tan trágico.

—Douxie.— llamó, haciendo que el pelinegro levantara la mirada cansada de todo.—Vamos a casa.

—No puedo, no podemos dejarla así.— murmuro con la voz quebradiza.

—Pero no podemos hacer nada.— dijo Circe, agachándose hasta quedar a la altura de su hermano.—Vamos.— susurró tomándolo de la mano, y a White que dormía afligida entre los brazos del pelinegro.

La hechicera tenía razón, no podían hacer nada, mas que esperan algún día dar con una pócima que pudiera romper con el veneno de las enredaderas de sol.

Contra todo lo que sentía, dejo atrás a Arabella, por muy difícil que se le hiciera.

No podían hacer nada.

Un par de años mas tarde.

 No recordaba si era el quinto o cuarto aniversario de aquel día. Desde la tarde en que Arabella se hizo de piedra no paro ni un instante. Siempre que iba a verla, recordaba todo aquello que aun lo mantenía en movimiento. 

  Cada año, se preguntaba si todo ese movimiento lo hacia mas por ella que por él. 

 Fueron atacados por seres de otros planeta. Seres de las noches azotaban la ciudad, y él se hacia cargo de que todos durmieran al menos un poco mas tranquilos. 

 Se enfrento a los viajes en el tiempo junto a los cazatrolles en medio de un ataque de deidades. Se reencontró con la versión mas joven de la bruja e hizo el intento para que esta se marchara de Camelot. Lo que resulto en romper la linea del tiempo.

  Hisirdoux recuerda de aquel día en que volvió, antes de irse a refugiarse con Nari y Archie, fue hasta el bosque para cerciorarse si el haber hablado con la joven bruja sobre su futuro sirvió de algo. 

Él la vio irse, recordando las lágrimas de Arabella cuando le contó una parte de todo lo que hizo. También tenía fresco el reto y la lección que le dio Merlín por haber intervenido aún mas en la historia.

¿Fue una decisión egoísta? ¿Lo hizo solo por él? O ¿Realmente anhelaban un final distinto para Arabella?

Al llegar la vio tal y como estaba. Quizás la advertencia no le sirvió de nada y en alguna parte del camino Arabella fue la que siempre conoció. Alguien que pese a todo malo, se sacrificaría por un bien mayor. 

O quizás su deseo por querer cambiar su destino no le dejo ver que las advertencias no sirven de mucho a la hora de cambiar los futuros, o enderezar los caminos. Al menos no los relacionados con esa bruja, que se las ingeniaba para retomar donde dejo de caminar. 

El destino de una bruja. [Tales Of Arcadia, Au. Douxie X Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora