El destino de una bruja. [Tales Of Arcadia, Au. Douxie X Oc]

VII

A pesar de lo convencida que sonó ese día la bruja, el mago dudó bastante. Puesto que al ver a la joven de la que tanto hablaba Arabella solo vio a una chica normal. La única forma de que el pelinegro le creyera es que la viera usando la vara.

—Pero ¿Cómo?— se cuestionó la bruja durante una noche en la que no podía dormir y solo daba vueltas en su cama.

—Pues en tu cita.— le respondió White.—Tu hazle creer que es una salida normal, y ¡pum!— salto en la cama simulando una explosión.—La encuentras de casualidad y la siguen.

Arabella la vio sorprendida, normalmente la gata no le daba esa clases de idea, por lo general trataba de convencerla de que no hiciera algo así.

—Que perversa, White.— sonrió con malicia al mismo tiempo que su familiar.—Me gusta.

 —Miau.

Tras idear el plan con la gata, ambas se durmieron como ai hubieran hecho la buena acción de la noche. A la mañana siguiente despertó a causa de Zoe que llamaba a su puerta.

—Buenos días.— saludo tras abrir la puerta. Su cara indicaba malhumor.—¿Qué pasa?

—Necesito tu collar.— pidió sin decir hola.

Arabella la vio extrañada, no entendía muy bien la petición de la pelirosa.

—¿Para que lo necesitas?— cuestionó la falta de razonamiento, sujetando con fuerza el collar.

—Para el ritual de sueño, debes tenerlo lejos para evitar que su barrera mágica te proteja de las pesadillas.— respondió.— Serán unos días y lo tendrás de vuelta después del ritual.

La bruja presionó con fuerza la piedra sobre su pecho, viendo con desconfianza a Zoe. No estaba muy segura si aquello era buena idea. Dio un paso atrás, alzando su mano libre, la cual brillo peligrosamente, obligando a la pelirosa hacerse hacia atrás y poner el libro frente a ella. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa del accionar de la bruja. Solo una vez se atacaron y luego nunca mas usaron su propia magia contra la otra, hasta ahora.

—Arabella, no haremos esto si me atacas y menos si no confías en una idea que tu misma me diste.— dijo bajando el libro, y extendiendo una mano hacia la rubia.—¿Puedes confiar? Juro que no le pasara nada.

"—¿Puedes confiar? " Era hasta el momento la pregunta mas rara que le hicieron en los últimos tiempo, casi siempre esas palabras eran usadas por la bruja para convencer a otros. La uso tantas veces con un significado tan vacío que llegó a desconfiar de esa simple pregunta.

Bajo la mano, y se sacó el collar para dárselo a Zoe, quien al tenerlo en sus manos vio mal a la bruja, y la tomó por el cuello de la remera, jalandola hacia ella.

—Nunca mas me vuelvas a amenazar.— le advirtió, viéndola fijo a los ojos. Los zafiros que decoraban su mirada brillaban con una luz rosa que indicaba enojo.—Porque no sabes lo te espera.

 El escalofrío que trepó por su espalda indicaba que lo que Zoe decía era mas que cierto, no tenía idea de lo que le esperaba.

—Eso estuvo intenso.— dijo la gata cuando la puerta se cerro.

—Mejor calla.— dijo con disgusto en su voz.—Ahora no creo que sea buena idea lo de la cita.— se planteo yendo de una punta a otra.—No sin la protección del collar. 

Se visto a las apuradas y como el día anterior salio rápido al trabajo, solo para llegar tarde y volver a repetir el mismo diálogo, el cual a esa altura ignoró por completo. Trabajo en silencio, pensado que hacer ahora que no traía el collar que la protegiera hasta de ella misma.