𝐁𝐋𝐔𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 ━ ALFIE SOLOMONS

3

—¿Alfie Solomons?—arqueó una ceja—. Yo no...

—John me dijo que estabas preguntando por él en la iglesia.

Tommy la interrumpió para que supiera que él no iba a dejar que ella le mintiera.

—Oh...

Ellah se encogió de hombros y trató de mantenerse distante sobre el tema.

—Amelia podría haberme mencionado el nombre. ¿Te he hablado de Amelia? Tiene todo tipo de historias sobre Londres.

Técnicamente, su mejor amiga fue quien le contó sobre el gángster. Pero Tommy no necesitaba saber eso solo después de que Ellah había visto al hombre en persona.

—¿Por qué ella lo mencionaría?

Los gélidos ojos azules de Tommy estudiaron su expresión. Por lo general, era muy bueno para decir cuando alguien le estaba mintiendo. Pero era difícil distinguir cuándo Ellah había dominado el arte de mentir como una Shelby. Era evasiva, respondía preguntas con otras preguntas, omitía detalles y mantenía la calma y la serenidad.

Además, Tommy tenía un punto débil por su hermana; nunca asumió que ella estaba mintiendo, a diferencia de otras personas con las que se encontraba en su línea de trabajo.

—Ella siempre tiene una historia que contar—se aseguró de mantener suficiente contacto visual para que él no sospechara más—. De cualquier tipo de gente.

Tommy dejó que el cigarrillo en sus dedos ardiera en el aire por un momento. El humo se enroscó alrededor de su mano y desapareció por la puerta del granero en la noche oscura.

—Deberías decirle que es prudente evitar hablar de ese hombre—dijo con firmeza—. No quieres estar conectada con él ni siquiera de pasada.

—¿Cómo lo sabes?

Ellah volvió a centrar la atención en su hermano, con suerte, para adquirir información que John no le dio antes.

—Nos hemos cruzado antes—admitió—. Nada de lo que tengas que preocuparte.

Ellah inclinó la cabeza hacia un lado.

—¿Tengo que preocuparme de que descubra que soy una Shelby?

Por supuesto, no creía que Alfie pudiera conectar los puntos con una breve reunión.

—No importa, porque no te acercarás a él—respondió Tommy con una mirada severa—. Mantente alejada de Camden Town y de los judíos. Todos responden ante él, hasta donde yo sé.

—Has cambiado, Tommy.

Su hermana notó en voz baja.

—He visto más cosas... he hecho más cosas.

Dio una calada a su cigarrillo.

—Dijiste que no querías ser parte de esto, no creas que es algo de lo que tienes que preocuparte, Ellah.