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El instinto se instaló rápidamente

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El instinto se instaló rápidamente. Sacó su arma y se volvió para disparar contra el coche que ya aceleraba. Le temblaba la mano y solo logró golpear el costado y una farola.

—Alfie.

Su voz le devolvió la atención. Alfie se guardó la pistola en el bolsillo y corrió hacia ella. Ambas manos se aferraron a su estómago.

La sangre ya estaba empezando a filtrarse en la tela azul de su vestido. Le temblaban las manos. Había visto innumerables heridas de todo tipo. En Francia, tuvo que aprender un poco de primeros auxilios en trincheras para mantener con vida a sus subordinados. Sabía cómo sacar una bala y no estaba nada mal al coser a alguien de nuevo. Pero ver a su esposa sangrando le hizo entrar en tal estado de pánico que ni siquiera podía ver bien.

—A-Alfie.

Ellah empezó a llorar. Sus ojos azules rodando hacia arriba para mirar el cielo sobre ella.

—Sh, sh, está bien.

Tuvo que obligar a su cerebro y cuerpo a trabajar. Se quitó el abrigo y lo envolvió alrededor de su torso, tirando de las mangas para mantenerlo ceñido. No era un torniquete adecuado, pero tendría que ser suficiente.

—Te tengo a ti. Todo estará bien.

Se inclinó para levantarla. Inhaló bruscamente ante el movimiento y gimió de dolor.

—Lo sé, el amor, lo sé.

El corazón de Alfie latía tan rápido.

Aliado más cercano.

Polly.

Polly estaba a una calle más.

El aliado más cercano, el teléfono más cercano.

Polly era un poco más sensata que Alfie, pero eso no decía mucho. La mujer no podía soportar otra pérdida, así que estaba muy segura de que su sobrina sobreviviría.

—¡Finn!

Llamó a gritos al Shelby más joven.

—¡Llama una ambulancia!

Llevó a Alfie al salón y puso a Ellah en el sofá.

—Ve a la cocina, trae tantas toallas como puedas.

Ordenó a Alfie.

—Polly...—gimió Ella—. Polly, los bebés.

—Silencio, chavi, estás a salvo.

Su tía la tranquilizó y abrió la blusa de Ellah para que pudiera encontrar la herida. Su respiración comenzó a hacerse menos profunda. Las lágrimas corrían por su rostro.

—Polly, por favor. Por favor, sálvalos.

Ellah suplicó impotente. Alfie regresó con las toallas y se las pasó a Polly una por una. Se agachó junto a la cabeza de su esposa, sosteniendo su mano y tratando de calmarla.

𝐁𝐋𝐔𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 ━ ALFIE SOLOMONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora