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—No quiere comer

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—No quiere comer.

Ada bajó las escaleras y colocó el plato de comida intacto sobre la mesa. Habían pasado tres días desde que Tommy sorprendió a Ellah y Alfie juntos. La chica Shelby se negó a salir de su antiguo dormitorio.

—Ni siquiera abre la puerta.

Sus hermanos estaban todos sentados en la cocina, Polly poniendo a hervir la tetera. Tommy estaba en su tercer cigarrillo de la mañana y aún no había desayunado.

—¿Estás contento contigo mismo?

Su tía se puso las manos en las caderas y miró a Tommy.

—Pol, ahora no.

Murmuró y se frotó los ojos. Todavía estaba tratando de quitarse de la cabeza la imagen de Alfie besando a su hermana. Tratando de olvidar el sonido de su llanto todas las noches en la habitación contigua a la de él. Lo hizo entrar en conflicto, atrayéndolo en dos líneas de pensamiento diferentes.

Quería disculparse y, sin embargo, quería regañarla por ser tan descuidada y mentirosa.

—Podrías haberla llevado a un lado y preguntarle al respecto.

Su tía ignoró su cansado pedido.

—No tenías que hacer que la siguieran. Estoy segura de que habría salido mejor si solo hubieras preguntado en privado.

—¿Para que pudiera mentirme de nuevo?

Respondió Tommy bruscamente.

—Tuvo muchas oportunidades para admitirlo y ella me miró directamente a los ojos y me mintió.

—Estoy molesto porque no le disparaste—dijo Arthur—. Joder, se lo merece, ¿no?

Tommy quería decir que sí, que se lo merecía, pero era una cuestión de política.

—No lo sabía. Estaba tan sorprendido como yo cuando se enteró. Si lo vuelve a hacer, le dispararé. Sin más.

—¿Qué demonios ve ella en él?—preguntó John con incredulidad.

Casi se derrumbó cuando escuchó lo que sucedió. Nunca en un millón de años lo esperaba, incluso después de lo que sucedió en la boda de Tommy.

—Quiero decir, ¿honestamente? Es solo un maldito psicópata, ¿no? No está tan loca como para enamorarse de alguien así.

Ada se apoyó contra la pared, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Quizá todos deberían ser un poco más amables con ella. Estaba histérica cuando llegó a casa.

Regañó a sus hermanos.

—Tal vez lo conozca mejor que ustedes.

—Si claro porque todo el maldito tiempo estuve pensando, '¡qué buen tipo es, sí, desearía que me besara!'—se burló Arthur.

𝐁𝐋𝐔𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 ━ ALFIE SOLOMONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora