Allí estaba él, con las manos cruzadas encima de la mesa y un semblante serio, las cejas fruncidas y sus ojos esmeraldas mirando a la nada. No pude evitar el sentimiento de angustia dentro de mi pecho, acompañado de arrepentimiento, pero a la vez, me intrigaba demasiado lo que él quería decir, porque es obvio que no me contactó a través de Peyton por nada.
Tomé una profunda respiración y caminé hacia Edwards con paso firme, eliminando de mi cabeza cualquier cosa que pudiese afectarme en este momento. Este momento me traía un deja vu.
Nunca tuve un problema con él, de hecho, debí haberlo escuchado, él me lo advirtió. Pero no me arrepentía, de haber tomado sus palabras probablemente las cosas seguirían empeorando y el asesino no hubiese estado como está ahora, en la cárcel.
No puedo asegurar que Edward sabía exactamente lo que hacía su hijo y esa es una de las razones por las que acepté verlo.
—Oh, hola...— se paró rápidamente de la silla cuando me observó frente a él. Me tendió su mano y la sacudí con cierta inseguridad, Edward se notaba nervioso por mi presencia.— Muchas gracias por venir, siéntate por favor.— dijo en un suspiro, tragando duramente. Corrí la silla hacia atrás y me senté.
—¿Por qué quiso comunicarse conmigo?— fui directa al grano, necesitaba que esta junta se hiciera lo más corta posible.
—Peyton me comentó que se había encontrado contigo. Eso... Eso la hizo sentir muy bien.— comenzó.— Solo vine a saber como estás, como te has sentido, como... cómo lo has estado pasado, no se...— se cortó, intentando completar la frase pero cada vez se le veía más inquieto.
Ladeé los labios.
—No se preocupen por mi, ninguno de los dos.— les dije compasiva.— Yo estoy bien, nada malo me ha pasado, no tuve problemas en mi vida, lo he superado completamente.
—Lo sé, hija, pero entiéndenos por favor.— pidió, noté algo de angustia en su voz.
—Lo importante es que ustedes estén bien.— le entregué una media sonrisa tratando de calmarlo.— ¿Hay algo que quiera decirme, además de eso?
—Si.— respondió de inmediato.— Estoy dispuesto a resolver todas tus dudas, te las debo, tuve que haberte dicho todo desde un principio cuando nos juntamos la primera vez, siento que gran parte de esto es mi culpa y quiero compensarte de esta manera.— dijo.
Tragué en seco, el corazón comenzó a acelerarse. Él se veía dispuesto a contarme todo y mi instinto detective no se podía negar a esa propuesta, si Edward estaba siendo capaz de contarme todo lo que sabe podría ser una buena oportunidad para liberarme del peso que he estado llevando hace un año.
Aun que sabía perfectamente que solo volveiendo a verlo podría lograr que ese peso desapareciese. Quizás.
Carraspeé mi garganta y me removí en la silla, agachando la cabeza.
—No necesitan compen...
—Faith, por favor.— suplicó.
Tomé una bocanada de aire y cerré los ojos unos instantes, asintiendo levemente con la cabeza y así permitiéndole el habla.
No me iba a escapar de esto y sinceramente, no quería. Por todo lo que había pasado, por todo lo que me lastimó, por todo lo que dejé atrás. Los primeros meses todo parecía normal, siempre traté de parecer como si nada hubiese pasado, como si solo hubiese sido un error; todos cometemos errores. Sin embargo, en mi interior algo se destrozó de una manera casi inhumana; vuelvo a repetir, no estaba enamorada de Harry Styles, el dolor que sentí no fue por el desamor, fue por dejarme engañar tan fácil y de manera astuta, fue porque entregué mi cuerpo y casi mi corazón a un hombre enfermo, fue porque casi engendro a un hijo de un asesino, fue porque viví en carne propia lo que las cinco chicas pasaron y no pudieron tener mi misma suerte.

ESTÁS LEYENDO
Rebecca |2 libro|
FanfictionEl perro es fiel a su dueño hasta que le dan una buena comida y un techo para cubrirse del mal clima. Ya no tienes que fingir ser su perro, pero tienes que vivir con el recuerdo de que algún día quisiste serlo. SECUELA DE HARRY. Te recomiendo pasa...