Capítulo XV

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Alessandra

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Alessandra

Pasaron unos días desde el accidente de aquellos hombres. Mentiría si dijera que me siento fatal, pero no lo haré. Alexander casi no está en casa, haciendo que Natalia esté furiosa todo el tiempo pensando que su prometido tiene otra...lo cual es un poco cierto, pero él siempre decía que tenía mucho trabajo y la tarada de mi hermana le creía en todo, pero yo sé que eso es solo una fachada.

Digamos que estos días tuve otros encuentros con Alexander que acabaron en peleas mortales y que el pobre Pablo tuvo que venir a separarnos como niños pequeños en una pelea infantil. Alexander ha estado siguiéndome todo el tiempo y cuanto le reclamaba algo, él empezaba hablar en Alemán. Él sabe perfectamente que no puedo entenderlo.

Viendo como decoran todos los extremos de la casa con globos de diferentes colores para un día no tan especial para mí, ¿acaso quieren que tenga un ataque de ira? Me pregunto con frustración.

Hoy 11 de noviembre es muy cumpleaños, 19 años es un gran logro llegar hasta aquí, nunca pensé que llegaría, siempre tuve una mente suicida.

Mis padres se encargaron de invitar a todos mis compañeros de mi salón sabiendo que yo les dije que solo quería pasarla con mis amigas.

—Está quedando hermoso —Natalia habla de repente, volteando a verme.

—Estoy tan emocionada —digo con sarcasmo para irme lejos de ella.

Ella están básica siempre tratando de agradarle a todos y vistiendo como una princesa, cuando la veo me dan arcadas al ver tantos colores llamativos sobre ella.

Salgo de casa para poder respirar un poco de aire, observo al mi alrededor todo estaba tranquilo, personas caminaban felizmente por las calles sin ninguna preocupación.

En eso veo como diez chicos de mi escuela viendo hacía mi con variedad de regalos como flores, joyas, ropa y etc.

—Tantos regalos —anuncio estresada recibiendo cada regalo.

Tuve que pasar los diez minutos más incómodos de mi vida hablando con ellos por cortesía y ni hablar cuando sea de noche. Los amigos de mi padre se van a insinuar a mí sabiendo que son mucho más mayores que yo, ¡malditos viejos verdes! Mi mente grita estresada pensando en todo lo que tendré que enfrentar.

Cada chico se despide de mí con un beso en la mejilla diciéndome que nos "vemos más tarde", ¿sería posible sentir mi mejilla muerta de tantos besos que tuve?. Cuando se fueron por completo me quede parada en medio de mi casa con muchos regalos que no creo que pueda llevármelos todos a la vez, en eso escucho el claxon del auto de la persona que más odio, pero por este día puedo dejar esas diferencias y pedirle ayuda.

Él baja riendo al igual que Pablo al verme en esta situación tan particular, Pablo me ayuda con las bolsas con una sonrisa burlona, pero a lo que sea me ayuda, en cambio su hermano ni un dedo piensa mover.

Pecados. (POR CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora