Capítulo XXXI

108K 5.8K 2.1K
                                    

Alessandra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alessandra

Siento besos húmedos por cuello, haciendo despertar al momento que esos labios hicieron contacto con mi piel. Admiro a Alexander, él sonreía con felicidad mientras me daba algunos besos en mi cuello.

—¿Por qué estás tan raro? —pregunto apartándolo de mí.

—Solamenteestoy siendo amoroso contigo —admite con normalidad.

Odio las muestras de afecto.

—Pues no lo seas —ordeno, tapándome con la suave sabana.

Él solo pone los ojos en blanco mientras volvía a su lugar, ambos mirábamos hacia la nada tratando de buscar una forma de hablar, pero sabíamos perfectamente que terminaríamos peleando como siempre lo hacemos.

Volteo mi cabeza para mirarlo con los ojos entre cerrados, él estaba con el ceño frunció, su cabello esta medio desordenado, haciendo que se vea gracioso.

—Qué te sucede —rio viendo su rostro enojado.

—Me tienes harto —anuncia con molestia.

—¿Por qué te tengo harto? —cuestiono indignada.

Yo debería estar harta de él, siempre se mete en mis problemas y trata de cuidarme como si fuera una bebé.

—Eres la mujer más malcriada y desafiante que conozco —admite, mirándome con frustración.

—Eres un bipolar de mierda, ¿sabes? Ayer me decías cosas lindas y hoy me dices cosas hirientes —bufo, cruzándome de brazos.

Puede que sea un poco malcriada y fría con Alexander, pero es mi forma de ser y no pienso cambiarla.

—Eres una loca —Alexander gruño.

—Pues tú eres un imbécil.

—Así, pues tú eres una descerebrada.

—Arrogante.

—Creída con complejo de princesa.

—Eres un hijo de perr...—cuanto estaba por terminar mi insulto Alexander me agarro de mi mentón con fuerza para besarme con intensidad

Jadee con sorpresa al sentir los labios de Alexander sobre los míos, pero eso no me impido seguirle el beso.

Alexander me tomo de la cintura con firmeza para que de un solo golpe ingresara su miembro en mí. Haciéndome soltar un grito ahogado.

Adoro a Alexander enojado, puede que duela poco follar con él enojado, pero tiene sus ventajas.

De estar peleando pasamos a follar.

Me muevo en pequeños círculos lentamente sobre él, escucho a Alexander gruñir mientras me besa lentamente la piel delicada de mi cuello.

—Joder, me sacas de quicio...—escucho a Alexander gruñir.

Pecados. (POR CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora