Circus ◆ Treasure

-5- Castigo

—Que.. —. Que estaba haciendo allí? Tan predecible era como para que supiera lo que pensaba? Aunque... eso era lo que menos importaba ahora, eran demasiadas emociones las que estaba sintiendo. —Junkyu..

El más alto no cambió su expresión seria, una muy rara de su parte, Hyunsuk solo recuerda a ese Kim Junkyu que siempre sonreía a pesar de pasar por malos momentos, aquel chico adorable, divertido y simpático, se veía, serio, inexpresivo y sin vida en sus ojos marrones.

—Junkyu.. Qué?.. —. Parecía no poder pronunciar otras palabras, se había quedado mudo de la sorpresa, el menor no mostró alguna reacción, aunque haya visto a su mejor amigo después de aquel extraño show.

—Sorprendido?—. Su expresión burlona lo desconcertó, porqué le sonreía de esa manera?

—Eh.. Tu.. Que haces aquí?—. Cuando por fin salió del shock, pudo decir la pregunta que tanta curiosidad le daba.

—Yo no decidí estar aquí—. Realmente esa no era una respuesta a su pregunta pero le hizo saber que Junkyu no decidió por si mismo estar en este lugar.

—Entonces, como?—. Dijo sin hacer el mayor esfuerzo por levantarse, quería, pero a la misma vez su cerebro y cuerpo le decían que no lo hiciera.

—Como? Tampoco lo sé, solo se que estoy aquí como castigo, eso me dijeron—. Su semblante se volvió más relajado de repente, como si hablar de esas personas le ablandara, cosa que no entendía. —Entiendo que tienes muchas preguntas, posiblemente, las mismas que yo, pero- —. El pelicastaño notó que la puerta se estaba abriendo, así que se calló de repente.

El peligris de nombre Yoshinori, abrió la puerta, mirando al peliverde.

—Prepárate—. Le habló suavemente, para cerrar de nuevo la puerta.

«¿Podían ser más extraños?»

—Son una familia—. Dijo Junkyu, Hyunsuk evitó soltar un bufido —Y si te estás preguntando para que debes prepararte, no es por algo bueno, es hora de tu castigo.

—Castigo?—. Susurró con miedo, que le iban a hacer? Que tipo de castigo sería? Sería igual que cuando entraron por primera vez al circo?

Sus ojos comenzaron a picar, avisándole que unas lágrimas se aproximaban en salir.

—No.. no quiero—. Dijo aún sin soltar lágrimas, pero sentía sus ojos a punto de soltarlas.

—Si cometes un error, lo debes pagar, así son las reglas de este lugar—. Habló el más alto, haciendo que Hyunsuk se preguntara, como era que el menor sabía tanto sobre este lugar, acaso también lo habían castigado?

—A ti- —. Y otra vez, cuando quería sacarse una duda, la puerta fue abierta interrumpiéndolo.

Jihoon, con una mirada llena de maldad, entró a la habitación, para tomar fuertemente el brazo del peli verde, quién se quejó en voz baja para que no le hicieran más daño del que suponía que le iban a hacer.

El rubio sonrió ladino al ver la ligera expresión de dolor del más bajo.

—No le tomes importancia, esto es basura comparado con lo que sufrirás ahora—. El peliverde lo miró a los ojos asustado y el rubio se acercó a su oído para susurrarle: —Por fin tendrás lo que te mereces, enano.

Estaba más que ofendido por el apodo, pero el temor de lo que le pasaría era mil veces más grande.

Cerró los ojos fuertemente, esperando despertar de su pesadilla.

Al abrirlos se encontró en medio del escenario.

Como cuando vino con Junkyu y con Yedam, todo oscuro excepto por el mismo escenario, con todos los focos apuntando hacia él.