Circus ◆ Treasure

-3- Ángel

Ven pequeño, el cielo está azul.

Ven pequeño, no esperes a que oscurezca.

Ven pequeño, no te voy a hacer daño.

Tu me das luz, tu eres mi Ángel.

Yo soy la oscuridad, yo soy el Diablo.

Tu eres el ser que me da paz, que me cuida, que me protege.

Yo soy el monstruo bajo tu cama, alguien con quién no quieres meterte, un ser maligno.

Por eso te quiero, pequeño Ángel.

Te quiero conmigo, en las buenas y en las malas.

En todo momento, te quiero a mi lado, compartiendo hasta nuestro último segundo juntos.

Jamás te alejes, pequeño Ángel, si tu luz desaparece nadie quedará vivo.

Mi muerte hará que todos pasen por el camino de la tristeza.

Un camino que yo mismo creé.

Jamás te vayas pequeño Ángel.

No hay quien te aleje de mi.

Y viva para contarlo.

«Alguien está cantando?»

Era una voz masculina, pero fina y melodiosa.

Hyunsuk abrió los ojos, encontrándose con un chico de piel morena, ojos felinos y el cabello castaño.

El moreno dejó de cantar, para colocarse frente al peliverde.

—Por fin despiertas—. Habló suavemente, su expresión seria no dejaba a Hyunsuk descifrar si era una persona del público o uno de aquellos horribles monstruos —Te tardaste.

Hyunsuk miró con confusión como el de ojos muy rasgados estaba muy tranquilo, relajado, comenzó a pensar que tal vez era parte del show.

—Quién.. Eres?—. Fué los única pregunta que se le ocurrió.

—No respondo preguntas de humanos—. Dijo con una expresión ligera de repulsión.

Hyunsuk quiso bufar y rodar los ojos pero sabía que no era el momento.

Ni el lugar.

—Dónde estoy?—. Preguntó algo alterado, no se encontraba en el circo, estaba en una especie de habitación, pero esta tenía distintos artículos de tortura antiguos que hasta ahora no había notado. —Dónde están mis amigos?

—Despacio—. Lo calmó —No soy yo quién te debe responder eso.

«Entonces? Me lo dirá aquel horrible presentador?»

—Entonces quién? Quiero ver a mis amigos.

—Dudo que los puedas volver a ver—. Su respuesta dejó exaltado al peliverde, quién enseguida iba a exigir una explicación, pero fué interrumpido por el más alto. —No están muertos, creo.. Aunque eso es de lo que menos te tienes que preocupar.