O6.

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Silvana se sentó a su lado una vez Ángela se había ido, la chica lo rodeo en su brazos y acabo apoyando su frente sobre su cabello. 

Quizá era por la situación, el rencor a Martín que sentía, o simplemente porque no se había fijado antes, pero aquella chica parecía preciosa bajo la luz del sol, Silvana le atraía, aunque fuera mínimamente e intentara buscar una excusa para olvidar a Martín. 

El resto de la tarde se la pasaron charlando, hablando de cosas carentes de importancia, cosa que Isaza agradeció pues le ayudo a despejar su mente y a divertirse por un tiempo.

―Ven, quiero llevarte a un sitio ― dijo ella

Le llevo a un lago en medio de un claro en el límite de los terrenos, un sitio oculto entre los robles que poblaban los alrededores de la casa, un lugar precioso e íntimo. Nadie solía pasar por allí según ella, era su sitio, su lugar, sonrió pues la chica era igual que él, una versión femenina y un poco más joven de Juan Pablo Isaza.

Ella se quitó su vestido y el hizo lo mismo, le lanzo una mira rápida a la chica antes de lanzarse al agua, ambos jugaron, entre bromas y risas, comentarios relacionados a cualquier tema de parte de la menor, hasta que ambos se quedaron allí, flotando y mirando al cielo.

Silvana fue la primera en salir, sentándose en la orilla, con la vista fija en lo poco que se podía ver a lo lejos de la casa. Isaza se sentó a su lado, y la miro.

Ella le devolvió la mirada con una sonrisa ladina y una expresión de confusión ― ¿pasa algo?

―Solo tengo frío ― murmuro, lo que no esperaba es que ella terminara sentada en sus piernas para abrazarle.

Ambos se miraron, él acerco sus labios a los de ella rosándolos suavemente, esperando que ella se retirara o prosiguiera, en respuesta ella sonrió antes de fundirse en un beso con el mayor.

El rodeo sus brazos en la cintura de Silvana, dejando besos en su mejilla y próximamente próximamente su clavícula dejando una marca que no pasaría desapercibida. 

[...]

Llegaron de nuevo a la casa, Silvana no se preocupó en ocultar la marca que tenía en su clavícula, y Juan Pablo tampoco le dio importancia, en parte quería que la chica lo expusiera para que Martín se diera cuenta

"yo también eh madurado, ¿lo ves? Puedo pasar la página..."

Además una parte de él quería verle celos, provocarle o simplemente ver si le importaba.

―¿todo está bien?― pregunto Susana cuando llegaron

―todo está bien... ― susurro Isaza ― Silvana me ayudo bastante... ― contesto sonriendo mientras Silvana reía como una adolescente enamorada.

Susana sonrío, y se excusó yendo por una bebida, había empezado la cena de la que Laura había hablado en la mañana.

―¿Cuándo volverán a España? ― pregunto la chica a su lado, mientras caminaban en la multitud, la mirada de él estaba pendiente de encontrar al mayor

―Cuando termine la semana ― contesto el mirándola, colocando uno de sus mechones detrás de su oreja

―Eso significa que te veré por aquí...

Vio a Martín hablando con uno de los invitados, pero percibió por su expresión que no le estaba prestando mucha atención y entonces Isaza decidió acercarse. 

Le susuro a Silvana que quería disculparse con Martin por la reacción que tuvo en la mañana y ambos se acercaron. 

 Martin los miro, notando las sonrisa fingida de Isaza, y las manos unidas de él y su cuñada, ni se inmutó cuando vio la marca en la clavícula de la chica. 

Hubiera mentido si decía que no se sentía dolido y sumamente avergonzado, Martín no era tonto y seguro había captado las verdaderas intenciones del mayor al acercarse a él con una sonrisa y unas falsas disculpas, era otro intento para llamar su atención como un niño pequeño cuando quiere que sus padres le escuchen. 

La cena por el contrario, transcurrió tranquila, agradeció que Silvana tuviera que sentarse en otra mesa, pues se sentía patetico e idiota por haber intentado sacarle celos a Martín con ella. Pasó toda la comida mirando al plato intentando intercambiar palabras mínimas con la excusa de que estaba cansado. 

Y entonces llego el tan esperado Vals. 

Isaza cero los ojos cuando la música comenzó a sonar, intentando olvidarse de todo. 

Cuando la ceremonia terminó, se despidieron de todos y se dirigió al hotel, se deshizo de su traje y se tumbo a la cama, mirando al techo, estaba demasiado cansado para procesar cualquier pensamiento, le dolía la cabeza y su mente distorsionada recuerdos al punto de pensar que Martín era a quien había besado esa tarde. 

Se levantó al baño, y hecho agua fría a su cara, en un intento de despejar su mente para tener un sueño tranquilo, pero fallo al regresar y darse cuenta de que había un papel perfectamente doblado en el piso, suponiendo un lo habían pasado por debajo e la puerta. 

Lo abrió, con pereza, frotándose los ojos pues a penas podía mantenerlo abiertos. 

"Deja de jugar, Isa..." 

𝐔𝐍 𝐁𝐄𝐒𝐎 𝐄𝐍 𝐌𝐀𝐃𝐑𝐈𝐃:  ─── 𝙞𝙨𝙖𝙧𝙜𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora