14.

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El lugar a donde iban no estaba lejos, Martín, en un intento por cortar ese ambiente depresivo que flotaba en el aire había encendido la radio, fue Savina quien se dejó oír esta vez, con una de sus canciones que Isaza admitía amar.

Aún tenía la voz un poco gangosa debido al momento de hacía a penas veinte minutos y los ojos algo rojos, distaba de estar bien pero se encontraba mejor, él seguía a su lado y eso ayudaba, que le hubiera cogido la mano dejando alguna que otra caricia también lo relajaba. Al principio creyó que todo sería un sueño y se despertaría en España, con el nombre de Martín muriendo entre sus labios, sin embargo ahí estaba, diciéndole que le quería y él por primera vez le creyó.

― ¿Joaquín Sabina? ― mostro una sonrisa de burla 

Martín sonrió ― ¿qué? si me gusta...― murmuro mirando hacia el frente 

― No es cierto ― Isaza río, olvidándose que hace poco lágrimas amenazaban con salir de sus ojos ― nómbrame tres canciones de Sabina... y no menciones la que estamos escuchando ahora

El tardo unos segundo en responder pero dijo ― contigo, princesa y llueve sobre mojado 

Isaza parpadeo, no esperaba que respondiera, la expresión en su rostro hizo sonreír más a Martín ― te decía la verdad, lo empecé a escuchar porque me recordaba a ti 

El mayor sintió una sensación cálida en su corazón ― no pensé que lo hicieras, tus gustos son un poco... bueno, muy diferentes... 

― ¡hey! que escuche a Mac Miller no significa que no pueda escuchar a Savina 

― creo que es cierto... 

Martín lo miro de reojo y susurro ― el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren

Justo antes de que Isaza pudiera decirle algo Martín detuvo el carro, unos metros más allá se podía ver el conocido puente de las artes o más conocido como puente de los candados.

Antes de bajar del coche, sintió como Martín besaba la palma de su mano, en un intento de mostrarle su cariño y lo consiguió.― Disfrutemos el día de hoy, ¿Vale?

Ambos se sentaron en una banca frente al puente viendo desde allí el lugar y el lago que se asomaba ― Aquí las personas viene a jurar su amor, pedir un deseo... y algunos a contar un secreto, colocan el candado y tiran la llave al rio para que así no haya manera de abrir el candado, el secreto se va con la llave... ― dijo Martín con su mano aún sosteniendo la de Isaza 

―y.. ¿tu has venido a dejar una promesa o un secreto? ― Pregunto Isaza dirigiendo su vista el 

― ...un deseo ― lo corrigió, sin voltear a verlo y Juan Pablo sonrió ― si encuentro tu candado, ¿me contarías el secreto? 

Martín lo pensó, entre tantos candados ¿cuál sería la probabilidad de que encontrara el suyo? muy poca ¿no?, así que acepto ― esta bien, es uno de color amarillo 

― ¿tiene tus iniciales? 

El menor asintió. ― las mías... y de alguien más ― sonrió levemente viendo como Isaza empezaba a buscar, lo veía concentrado y eso le dio ternura, pues siempre admiro que cuando el mayor estaba dispuesto a hacer algo lo intentaba hasta lograrlo. 

Notaba como fruncía el ceño luego de haber buscado ya por varios minutos el candado lo que hizo reír a Martín ― ¿te rindes? 

―¿rendirse? ¡jamás! ― dijo mientras seguía buscando y Martín volvió a reír 

Juan Pablo siguió buscando por unos minutos hasta que detuvo su vista en un candado amarillo que tenía escrito "MV ❤ JP" en el, lo tomo entre sus manos y lo volteo, notando que en la parte de atrás decía "poder decirle lo que siento". Isaza sonrió ― ¡Martín! creo que lo encontré 

El nombrado parpadeo varias veces, si, ¿cuál era la posibilidad de que lo encontrara?... 

―Lo puse aquí cuando llegué a Francia la primera vez, luego de que tu y los demás de Malta se fueran a España... quería decirte lo que sentía antes de que te fueras pero no lo logré ― confeso sonriendo un poco ― creo que en verdad nunca te lo dije correctamente... 

Isaza sonrío con nostalgia y ternura ― creo que las cosas solo pasaron 

Martín lo miró ― te amo... cada vez que lo digo es enserio, te amo demasiado, y aunque hubieron veces en que intente no hacerlo es algo que no puedo evitar... estas en mi mente y aunque trate de ocultarlo no te escapas de allí 

El mayor lo miró a los ojos y sin poder decir más lo beso, siendo correspondido en el proceso, ambos tratando de expresar todos sus sentimientos en ese beso, tal vez las palabras no hacían falta. 

― Podrías quedarte conmigo hasta la noche, conozco otros lugares a donde podríamos ir.― Murmuró el menor mientras hundía la cabeza en su cuello.

― Ya les dije a mis hermanas que llegaría a medio día.― Cerró los ojos, pasando sus brazos por la cintura de Martín, acercándolo más.

― Puedes llamarlas ― sonrió, levantándose para empezar a caminar hacia el auto 

Asintió y Martín fue el primero en marcar, la conversación con su esposa fue rápida, le mintió sobre iba a salir con su amigo Santiago y ella pareció creerle, porque la conversación termino rápido. Sin embargo su conversación con sus hermanas no fue tan simple como Isaza deseaba que fuera.

― ¿Hola? ― dijo Susana 

― Soy Juan Pablo ― contesto mirando de reojo a Martín quien parecía distraído, ya entrando al auto, así que el prefirió esperar afuera. 

Luego de un pequeño silenció volvió a contestar ― ¿paso algo? 

― No iré a almorzar con ustedes 

Nuevamente ese silencio, Ángela estaba allí, la oyó murmurar algo a Susana, antes de tomar el teléfono.―¿Estás aún con Martín? 

Se mordió el interior de la mejilla, mirando de nuevo al menor.― Si.

― Laura llamó preguntando si estaba aquí.

― ¿qué le dijiste?... 

― Que no lo habíamos visto ― El suspiro de su hermana se hizo oír.― Ten cuidado

― Esta bien... hablamos pronto, adiós.

Luego de colgar entro al auto y se sentó incomodo en el asiento ― ¿pasó algo?... ― pregunto Martín 

Soltó un suspiro y se encogió de hombros antes de hablar ― Laura hablo con mis hermanas para saber si estabas en el hotel donde nos quedamos, creo que sospecha... 

―Lo sé, pero no le cabe en la cabeza que pueda sentirme atraído por ti, porque te ve como mi hermano ― Contestó, antes de encogerse de hombros.― No me gusta ocultarle cosas... 

― Silvana lo sabe. ― Soltó Isaza sin pensar, no se dio cuenta hasta que notó la mirada de Martín sobre la suya.― Sabe lo que siento por tí, pero nada más.

Quizás acababa de cagarla al decir aquello, era posible que tras eso Martín prefiriera mantener distancias y él lo entendería, se resignaría a aceptarlo, sin embargo la sonrisa del menor le sorprendió y deshizo aquel nudo que se había armado en su pecho.

― Ya, también lo sabía.- Añadió el menor, antes de fijar su mirada en él.― Silvana vino a preguntarme sobre tí.

Isaza se sonrojó, sin saber realmente porque, le avergonzaba la idea de que Silvana y Martín hubieran hablado sobre él, bueno avergonzar no era el sentimiento adecuado, más bien le incomodaba la situación y aunque sabía que Martín no le habría dicho mucho a la chica, no conocía lo suficientemente a Silvana como para poder decir lo mismo de ella.

Martín le giró la cabeza y bajó su vista a sus labios y como si hubiera adivinado su pensamiento contestó:― Tranquilo, no hablamos sobre nada en concreto, solo me dijo que no te hiciera daño.― Asintió aún algo rojo, el más bajo le tranquilizó, besándole suavemente y tirando de su labio inferior con una sonrisa.- Y ahora... ¿Seguimos con lo que estábamos?...

𝐔𝐍 𝐁𝐄𝐒𝐎 𝐄𝐍 𝐌𝐀𝐃𝐑𝐈𝐃:  ─── 𝙞𝙨𝙖𝙧𝙜𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora